¿Qué pensaría Einstein de la "amnesia digital" o el "efecto Google"?

Actualizado: miércoles, 8 julio 2015 9:38

   MADRID, 8 (Portaltic)

   ¿Cómo se llamaba el actor que interpretaba a ese personaje secundario de aquella mítica serie de la infancia o cuándo se estrenó esa película que te marcó? Quizá tú o tus amigos no os acordéis mientras tomáis una caña; Google, sí. Con la llegada de Internet a nuestros teléfonos móviles, los motores de búsqueda y los asistentes personales, esas discusiones han pasado a la historia. Basta echar mano del smartphone y clicar un par de palabras clave para obtener al instante el dato que demuestre que llevamos razón y así dar por finalizado el debate. Eso nos produce una gratificante, pero falsa sensación de que sabemos más de lo que en realidad sabemos, convirtiéndonos en el "cuñao definitivo".

   Einstein dijo: "¿Por qué memorizar algo que puedo consultar fácilmente en un libro?". Prefería dedicar su esfuerzo mental a otras cosas: a pensar, a razonar... No a memorizar. Internet no está llevando a la máxima expresión de ese inteligente razonamiento, hasta el punto de que estamos dejando de memorizar, quizá, demasiadas cosas. Como si de una partida de Trivial se tratara, con un simple vistazo a la web, podemos conocer el nombre de un actor o de un ministro de otro país, el año de una contienda bélica o la fecha de lanzamiento de un producto; datos que, por lo general, pasan de forma muy superficial por nuestra memoria. Más preocupante resulta, sin embargo, que no podamos recordar los números de teléfono de nuestros familiares cercanos, de nuestra pareja o nuestra oficina. Einstein tampoco se sabía su número de teléfono.

   Una nueva investigación de la firma de seguridad informática Kaspersky Lab ha demostrado que la comodidad ofrecida por las tecnologías digitales y su capacidad para proporcionar información instantánea está mermando nuestra capacidad intrínseca para recordar y memorizar datos. Si bien ya sabíamos desde hace tiempo la existencia del "Efecto Google" y de la tendencia a olvidar la información almacenada y/o accesible a través de los dispositivos digitales, el nuevo trabajo revela que este fenómeno ha ido en aumento con el uso de los teléfonos inteligentes, que se han convertido en una memoria periférica para nuestro cerebro, y pronto podrían sumarle unos cuantos terabytes más de almacenamiento.

EL TELÉFONO MÓVIL SUSTITUYE A LA MEMORIA

   Según la encuesta llevada a cabo por Kaspersky Lab a 6.000 usuarios mayores de 16 años de seis países diferentes, estos delegan cada vez más en los dispositivos digitales la responsabilidad de recordar, sobre todo en los smartphones, que son los que les acompañan llueva o truene. Los datos que se desprenden del estudio indican que la mayoría de los usuarios españoles no es capaz de recordar de memoria los números de teléfono importantes, e incluso un 44 por ciento de ellos no pueden llamar a sus hijos sin echar mano de la agenda del smartphone.

   El 90 por ciento de los encuestados en nuestro país tampoco pudo recordar el teléfono del colegio de sus hijos, el 50 por ciento, el de su lugar de trabajo, y alrededor del 20 por ciento, no logró recordar el número de su pareja. No obstante, casi todos ellos pudieron recordar sin problemas el teléfono fijo de la casa en la que vivían antes de cumplir los 16 años de edad.

   Aunque el trabajo encontró evidencias de amnesia digital en todos los grupos de edad y por igual entre hombres y mujeres, el caso más preocupante es el los consumidores más jóvenes encuestados, de edades comprendidas entre los 16 y los 24 años de edad, ya que cerca de la mitad afirma que su smartphone tiene prácticamente todo lo que necesita saber o recordar. Es por ello que, la pérdida o robo del dispositivo móvil de los usuarios de esta franja de edad, supone la pérdida irrevocable del grueso de la información almacenada y por ende, conduce a un sentimiento de afectación e incluso a ataques de pánico en uno de cada cuatro jóvenes.

   En este sentido, el estudio también ha señalado que, a pesar de confiar todos nuestros datos personales y nuestros recuerdos, en general, a los dispositivos conectados, los smartphones y las tablets están especialmente desprotegidos ante un intento de sustracción de los mismos.

EL EFECTO GOOGLE

   Cualquiera que alcance a recordar el mundo antes de la explosión de Internet, recordará también que encontrar información hoy día es mucho más fácil de lo que solía ser. La Red está disponible 24 horas todos los días de la semana, en movimiento y a golpe de clic, a diferencia de los libros o enciclopedias, que normalmente requerían de un desplazamiento ex profeso y de una fatigosa búsqueda a través de sus páginas.

   Por otro lado, la posibilidad de digitalizarlo absolutamente todo nos ha llevado a manejar una cantidad ingente de información, que no sería contenible siquiera en un libro impreso antes de resultar completamente obsoleta.   

   De unos años a esta parte, son muchos los estudios que han demostrado que la confianza en poder buscar un dato relaja el esfuerzo para recordarlo. Según los mismos, la dependencia de los motores de búsqueda ha influido en los hábitos de memoria hasta el punto de redirigir el esfuerzo hacia recordar mejor dónde se puede encontrar un dato que en recordar el dato en sí. Esto no es del todo malo, ya que refleja una indiscutible pérdida de retentiva, sí, pero también una mejora de la habilidad de buscar y encontrar la información que necesitamos.

   El "efecto Google" o la "amnesia digital" son la máxima expresión de uno de los razonamientos más populares de Albert Einstein, a quien no memorizar un teléfono no le impidió desarrollar la teoría de la relatividad. ¿Qué pensaría él de todo esto? Quizá le parecería que hemos ido demasiado lejos. Quizá. O quizá lo que pensaría es que, con Google en la mano, podemos dedicar nuestro esfuerzo mental para otros menesteres.