MADRID, 9 Oct. (Portalgeek) -
La inteligencia de un robot ya llega al nivel de un niño de cuatro años de edad, según se desprende de un estudio publicado por el MIT Technology Review.
Hoy en día, uno de los puntos clave que destacan dentro de los ámbitos tecnológicos es el de la creación de robots capaces de realizar actividades físicas e intelectuales como las que realizan los humanos, por lo que no es raro que, para continuar con este tipo de desarrollos, se haya tenido que someter a las creaciones a tests que prueben sus capacidades.
El estudio, que se ha propuesto conocer cuán inteligente es una máquina creada por el hombre en comparación con el coeficiente intelectual humano, ha sido realizado en la Universidad de Illinois, en Estados Unidos, junto con la colaboración de un grupo de científicos e investigadores especializados en Inteligencia Artificial (IA) de Hungría.
Para llevarlo a cabo, han utilizado un proyecto de código abierto del propio MIT, conocido como ConcepNet, que sirve para medir la inteligencia atificial (IA).
Según ha comartido Phys, los resultados del test fueron bastante sorprendentes, ya que este reveló que la máquina había obtenido una puntuación equiparable a la de un niño de cuatro años bajo condiciones normales, pero baja si la equiparación se realiza con otros niños de 5 o 7 años.
En las conclusiones recogidas se explica que el principal problema es que la máquina no tenía la suficiente capacidad para procesar de forma natural las diferentes herramientas del lenguaje, es decir, que en momentos donde el cómo se dice una determinada cosa fuera fundamental - lo típico de usar ironías, de hacer referencia a cosas pasadas o de interpretar significados por contextos -, la máquina no funcionaba correctamente.
Para poder seguir aumentando la capacidad de los robots es necesario crear nuevas nuevos 'software' donde la IA reciba mejor la información no verbal o la del lenguaje más complejo, de manera que deje de interpretar todo de forma tan literal.
Quién sabe si dentro de unos años la inteligencia de estas creaciones humanas llegue al nivel de un adulto medio o, incluso, lo sobrepase, pero de momento parece que la investigación va en ese buen camino.
