MADRID, 29 Oct. (Portalgeek) -
Un equipo de ingenieros han desarrollado en Francia un prototipo de robot humanoide de código abierto que se puede construir en casa a partir de una impresora 3D y que, a partir de ahora, cuenta con la financiación necesaria para convertirlo en una herramienta social para la interacción entre robot y humanos.
El proyecto Poppy tiene su origen en Francia donde un equipo de ingenieros del Flowers Laboratory del Instituto Nacional de Investigación en Informática y Automática (INRIA, por sus siglas en francés) ha presentado una plataforma abierta a científicos, profesores y aficionados a la robótica a propósito de promover su uso en el ámbito de la educación.
A partir de piezas impresas en tres dimensiones, el robot de
64 centímetros de altura y 3,5 kilogramos de peso puede construirse en unas siete horas. Además, puede interactuar con otros dispositivos electrónicos, como es el caso de la ropa inteligente, sensores e instrumentos musicales gracias a la compatibilidad con la plataforma de 'hardware' abierto Arduino.
Según el jefe del proyecto, Pierre-Yves Oudeyer, Poppy ha sido desarrollado como una herramienta para el estudio de los mecanismos del aprendizaje y el desarrollo.
"Nuestra hipótesis es que el cuerpo es una variable esencial para la adquisición de habilidades motrices y sociales por parte del hombre. Para estudiar esa teoría, necesitábamos crear una plataforma que permitiera experimentar con rapidez nuevas morfologías en robots; así surgió la plataforma Poppy", ha comentado Oudeyer.
Al mismo tiempo ha hecho hincapié en que este robot ha sido diseñado para salir del laboratorio y llegar a las aulas y los hogares para que las personas puedan experimentar con él. De esta manera, lo que pueda hacer el robot dependerá de la imaginación del creador. "No hay un solo robot humanoide Poppy sino tantos como usuarios haya. Esto lo hace muy atractivo, ya que ha pasado de ser una mera herramienta tecnológica a convertirse en una verdadera plataforma social".
El proyecto ha sido respaldado por el Consejo Europeo de Investigación (CEI), de quienes han recibido la financiación necesaria para lanzar al mercado este robot humanoide que no necesita de ningún conocimiento previo en robótica para ser construido y programado.
