El papel del móvil en la adicción al trabajo: ¿qué puedes hacer?

Actualizado: viernes, 24 octubre 2014 13:35
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MADRID, 24 Oct. (Portaltic) -

   Nuestros compañeros de Infosalus han publicado un interesante reportaje sobre la adicción al trabajo. Se trata de una obesión peligrosa, con la que los afectados se sienten cómodos y que está socialmente aceptada.

   Sin embargo, la adicción al trabajo, como todas las dependencias, condiciona nuestra vida, limita nuestra propia autosatisfacción y afecta negativamente a las relaciones con los demás.

   Además, por si fuera poco, al igual que ocurre con otras adicciones, con el tiempo el cuerpo va pidiendo más, se desarrolla tolerancia y cada vez genera mayor instatisfacción.

   La hiperconectividad que vivimos hoy en día es una parte importante de esta creciente adicción al trabajo. Un estudio de 2011 acerca del uso de 'smartphones' reveló un gran aumento de la dependencia: un 37 por ciento de los adultos y un 60 por ciento de los adolescentes decían ser "muy adictos" al teléfono inteligente.

   Más de la mitad (51 por ciento) de los adultos y dos tercios (65 por ciento) de los adolescentes aseguraron que trastean con el teléfono mientras socializan con otras personas y un 81 por ciento lo tienen siempre encendido. Es decir, que siempre llevamos el teléfono encima y casi siempre lo usamos cuando estamos con amigos.

   Esta presencia del móvil en nuestra vida se vuelve peligrosa con la popularización de la tendencia conocida como 'bring your own device', por la que se usa cada vez más el teléfono personal en el trabajo. 

   Cruzando todo esto nos encontramos con que cada vez tenemos más y más correos, mensajes, llamadas o documentos del trabajo en el móvil, que siempre está con nosotros, cuando vamos en el metro solos o cuando estamos con amigos.

   Seguro que tú que nos lees más de una vez has hecho alguna gestión de trabajo con el móvil mientras estás con amigos, has ido trabajando en el transporte público mientras vuelves a casa o has atendido una llamada de trabajo el fin de semana o durante tus vacaciones.

¿QUÉ HACER?

   Según un estudio de 2012 de iPass, una empresa especializada en móviles y conectividad, nos estamos volviendo adictos al trabajo debido al papel de los 'smartphones' y otros dispositivos conectados.

   Atención: según aquel estudio, un 15 por ciento de los encuestados admitió agregar 20 horas semanales a su horario, otro 15 por ciento añade al menos 15 horas, un 27 por ciento 10 horas y un 16 por ciento 5. Es decir que un increíble 63 por ciento de los encuestados añade de 5 a 20 horas a la semana a su jornada laboral debido a la conectividad.

   Es una barbaridad. Tan solo un 8 por ciento de los encuestados dijp que se olvidaban completamente de estos dispositivos móviles conectados después de su jornada laboral.

   Seguramente te sientas identificado con el asunto y te estarás preguntando: ¿y qué puedo hacer? Lo primero, como con todas las adicciones, darte cuenta del problema y reconocerlo para después ponerle solución. Todo el mundo tiene que hacer horas extra de vez en cuando, pero no es normal estar constantemente pegado al teléfono y responder a cada cuestión laboral que surja.

   Piénsalo: hace años no había 'smartphones', ni móviles siquiera. Salías de casa sin ellos, o de la oficina, y no se caía el mundo. Ahora vivimos en otros tiempos, estos dispositivos aumentan la productividad y nos facilitan la vida, pero no podemos dejar que la controlen.

   Si has identificado que sufres este problema o que empiezas a sufrirlo y no quieres ir más allá, debes empezar a ponerle solución. Tienes dos opciones:

SEPARA TU MÓVIL PERSONAL DEL LABORAL

   Pasa de la tendencia 'bring your own device'; ten un dispositivo de trabajo y otro personal, completamente separados. No le des a nadie de tu entorno laboral tu móvil personal y cuando termine tu trabajo, desconecta el profesional. Puede que sientas que se va a caer el mundo si no lo atiendes, pero lo que no te puedes permitir es no descansar y estar cada hora de cada día de todas las semanas conectado y a disposición de tus jefes, por un tiempo que ni siquiera te pagan.

   Es posible que no puedas dividir ambos dispositivos y que tengas que dar habitualmente tu móvil personal a los compañeros de trabajo, o que sea mucho más productivo ponerte en él el mail laboral; es probable que solo quieras tener un dispositivo y un número de teléfono porque es más cómodo.

   Piensa que de esa forma estarás localizable y conectado constantemente. Aunque hayas salido de la oficinal, será tan sencillo que estés trabajando de nuevo como que atiendas una llamada o contestes un mail. Si es tu caso: ¿Estás atrapado?

   NO. Puedes detener un único dispositivo para tus comunicaciones profesionales y personales, pero establecer límites. Se trata de que cambies el chip y te obligues a desconectar. Si te llama un contacto de trabajo y sabes que es de trabajo, no lo cojas; si tienes una cuenta laboral configurada, procura no entrar a verla hasta que comience tu jornada; si parte de tu trabajo consiste en consultar información online, no entres en esas páginas.

   ¿Pero cómo no lo voy a hacer? Te preguntarás. Y seguramente en tu empresa y esta sociedad hiperconectada te hayan convencido de que si no lo haces, puede que se caiga el mundo. Sin embargo, piensa que tienes un horario laboral que es por el que te pagan y unas obligaciones, pero también una salud y unos seres queridos que no deberías descuidar. Por tu bien y por el suyo, trata de desconectar.