Aventura y amistad: The Last Guardian es uno de esos juegos que logran emocionar

Actualizado: martes, 13 diciembre 2016 17:21

   MADRID, 13 Dic. (EDIZIONES/Portaltic) -

   ¡Buenas de nuevo queridos gamers! Hoy os traemos el análisis de uno de los videojuegos más esperados: The Last Guardian. Un título que parecía estar destinado a no ver nunca la luz, después de todos los retrasos que se han ido anunciando desde que el juego fuera presentado oficialmente en el E3 del año 2009 para la PlayStation de la pasada generación.

   Finalmente, Sony --con PlayStation 4-- suma otra gran exclusiva de los desarrolladores de Team ICO (con Fumito Ueda a la cabeza). El juego nos pone en la piel de un niño que despierta en un inhóspito lugar, sin recordar cómo ha llegado allí. A su lado yace una 'bestia come hombres', Trico. Una historia de amistad que consigue emocionarnos.

   No sabemos cómo vamos a salir, pero juntos debemos emprender un mágico viaje para escapar del lugar. La historia no da muchas explicaciones, solo conoceremos algunos detalles a través de la 'voz en off' del protagonista desde el futuro --ya adulto-- y en un par de escenas de vídeo. En cualquier casi, no necesitamos más. Aquí lo importante será el viaje en sí mismo. The Last Guardian es un viaje de exploración, descubrimiento y, sobre todo, de amistad.

   El control es bastante minimalista y básico, entre las pocas acciones que podemos hacer están las de saltar, agarrar y soltar y controlar un espejo en forma de escudo, que hará que Trico dispare un rayo por su cola. A éste también podremos llamarle pulsando el botón R1, y si lo combinamos con los botones clásicos le mandaremos órdenes (con el triángulo, por ejemplo, salta el chico, pero si a la vez presionamos R1 será Trico el que lo haga).

EL ACOMPAÑANTE CASI PERFECTO

   A medida que coja confianza y durante lo que dura la aventura, Trico se mostrará más receptivo, siendo esto una de las claves del juego. Poco a poco podremos apreciar cómo se va afianzando nuestra relación.

   En el trayecto tendremos que dar uso a estas combinaciones para que la criatura nos ayude a resolver puzles o para acabar con los principales enemigos del juego, que tienen forma de armaduras huecas. Eso sí, el control no es tan preciso como desearíamos. El hecho de saltar de un saliente a otro puede significar caerte en el abismo por esa falta de precisión. Dar órdenes a Trico también puede resultar frustrante en ocasiones, pues lo frecuente es que nunca nos haga caso a la primera.

   Otro de los lastres de la experiencia es la cámara, que en ocasiones se desenvuelve fatal, sobre todo en espacios cerrados, tapándonos la visión por momentos. De todas formas, el control y la cámara son los únicos 'grandes fallos' que encontramos en esta aventura.

   Visualmente es fantástico. La vegetación, la arquitectura y nuestra mascota son asombrosas y se mueven muy bien, aunque en ciertos momentos puntuales puedan sufrir caídas de 'framerates', sobre todo en las zonas exteriores --cuando sopla fuerte el viento--, algo que quizás pueda subsanarse en futuras actualizaciones.

   La banda sonora dispone de pocos temas, pero estos son maravillosos, acentuando y reforzando los momentos más emotivos de esta epopeya. Y en cuanto al sonido, destacamos la gran cantidad de rugidos y gemidos de Trico, haciéndolo una criatura totalmente creíble capaz de mostrar sentimientos con su voz.

   En total, el juego lo acabaremos en unas 10-15 horas y, lamentablemente, es poco rejugable. No podremos repetir por partes, solo otra vez desde cero y no hay novedades que nos inviten a rejugarlo más allá de conseguir todos los trofeos.

LO MEJOR Y LO PEOR

   En definitiva, estamos ante una experiencia única, bella y emotiva que nos tocará el corazón. La cámara mal adaptada, un control impreciso y algunos fallos menores no impide que nos encontremos ante uno de los mejores títulos que nos ha dejado 2016. The Last Guardian es, al fin y al cabo, la amistad entre un niño y su mascota hecha videojuego.

   Para nosotros, lo mejor es el vínculo 'niño-monstruo' y el que sentimos nosotros con ellos, con una capacidad enorme para emocionar. Además, audiovisualmente es sobresaliente y Trico se convierte en un personaje inolvidable. El final es otro de los puntos fuertes, pero eso lo mejor es que lo descubráis vosotros mismos.

   Como puntos débiles hay que destacar el control impreciso, la cámara irregular, leves pérdidas de 'framerates' y el hecho de no ser rejugable. En cualquier caso, estos pequeños fallos no nos impiden sumergirnos en una aventura que llevábamos cerca de siete años.