Los gamers que acosan a las jugadoras son, literalmente, unos perdedores

Actualizado: sábado, 25 julio 2015 11:59

   MADRID, 25 Jul. (Portaltic) -

   No son pocos los artículos e investigaciones que han revelado que las mujeres jugadoras se sienten acosadas de forma casi constante en los videojuegos 'online', hasta el punto de dejar de jugar coaccionadas por las amenazas (cuando no tienen que huir de su casa y cancelar conferencias). Según una nueva investigación, este comportamiento troll en los multijugadores tiene mucho que ver con ser un pésimo jugador y sentirse amenazado ante la posible victoria de una mujer.

   Para comprender mejor las raíces de la misoginia, un equipo de investigadores examinó la dinámica de género de los jugadores que interactúan en el popular 'shooter' multijugador Halo 3. En un estudio publicado en la revista científica PLOS ONE, Michael Kasumovic y Jeffrey Kuznekoff hallaron que el sexismo en el entorno de Halo, dominado por los jugadores varones de raza blanca, tiene más que ver con la habilidad personal de cada uno y su posición dentro del juego que con la jugadora en sí.

   Para extraer esta conclusión, los investigadores monitorizaron a lo largo de una semana un total de 163 partidas de Halo 3 y analizaron los comentarios intercambiados entre los jugadores de ambos sexos. Así, observaron que los jugadores varones, independientemente de su nivel de habilidad y los logros acumulados durante la partida, mantenían entre sí cierto nivel de cordialidad y camaradería.

   No obstante, cuando intervenía una jugadora de sexo femenino, los jugadores peor parados durante la partida eran quienes emitían los comentarios descalificativos y ofensivos, mientras que los jugadores que ostentaban los primeros puestos se mantenían cordiales y alababan a unos y a otros por igual.

   En otras palabras, los 'gamers' en una posición desaventajada eran más propensos a sentirse intimidados y a arremeter contra las jugadoras, en un intento de expulsarlas del campo de juego.

   Según los expertos, esta conclusión es extrapolable a la vida real, siempre y cuando se trate de una situación en la que haya anonimato, más hombres que mujeres y una gran rotación entre ellos, de forma que no se vuelva a ver más.