Los mitos culturales influyen fuertemente en las expectativas de las mujeres sobre el embarazo

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Actualizado: lunes, 12 agosto 2013 14:41


MADRID, 12 Ago. (EUROPA PRESS) -

Aunque estudios previos han indicado que las mujeres se basan principalmente en sus proveedores de atención de salud y las guías de embarazo para saber qué esperar cuando están embarazadas, una nueva investigación revela que también están fuertemente influenciadas por las historias que han oído sobre embarazos en sus círculos sociales y en los medios de comunicación, algo que los autores del análisis llaman "mitologías del embarazo".

La investigación, realizada por Danielle Bessett, profesor asistente de Sociología en la Universidad de Cincinnati, en Ohio (Estados Unidos), se dará a conocer en 108ª reunión anual de la Asociación Americana de Sociología, que se celebra desde este sábado en Nueva York (Estados Unidos). El estudio se basó en entrevistas a 64 mujeres embarazadas en el área metropolitana de Nueva York desde 2003 hasta 2006 con el fin de conocer las expectativas de las mujeres sobre el embarazo y cómo están influidas por el entorno cultural.

"A diferencia de los estudios de investigación que preguntan a las mujeres acerca de las fuentes de información que ayudan a tomar decisiones específicas, entrevistas en profundidad como las mías descubren una red más compleja de supuestos que se da por sentado que las mujeres tienen en el embarazo, comúnmente vistas en televisión, tanto en espacios de ficción como reales, películas, anuncios publicitarios y otros programas de entretenimiento", dijo Bessett.

Y prosiguió: "Mi investigación muestra que no podemos subestimar el grado en que todos nosotros tenemos creencias sobre el embarazo construidas gradualmente a través de una sucesión de encuentros efímeros sobre nuestras vidas y en la medida en que esas afirmaciones nos afectan. Es importante tener en cuenta este fenómeno, ya que puede dar lugar a diferentes puntos de vista sobre lo que podemos dar por sentado sobre el embarazo que puede afectar a la comunicación entre las mujeres y sus proveedores de atención médica".

Según Bessett, algunas mujeres señalaron en gran medida tradiciones étnicas-religiosas. Algunas tenían poca o ninguna experiencia personal con el embarazo, mientras que otras tuvieron complicadas historias reproductivas. "En función de los diversos lugares biográficos y estructurales -afirmaron las mujeres--, tuvieron en cuenta aspectos clave de mitos sobre el embarazo", destacó Bessett.

La principal autora encontró que la mayoría de las mujeres tienden a minimizar la influencia de las mitologías de embarazo cuando se le preguntó directamente acerca de las fuentes de información en las que más confían. Fue sólo cuando se les presionó para explicar cómo llegaron a tener expectativas específicas de lo que sucedería durante el embarazo que las mujeres señalaron a las fuentes de los medios de entretenimiento y, curiosamente, las mujeres a menudo se encuentran a sí mismas sin una explicación de cómo se enteraron de lo que "normalmente sucede" durante el embarazo.

A través de sus entrevistas, Bessett halló que en algunos casos, las mujeres se alarmaron cuando no estaban experimentando síntomas popularmente asociados con el embarazo, como las náuseas del embarazo, por temor a que algo podría ir mal con la salud del feto. "Sí, los síntomas del embarazo, inconvenientes o debilitantes, no son tratados como efectos secundarios del embarazo en nuestra cultura, sino más bien como una conexión importante para el feto y la subjetividad del feto", afirmó Bessett.

Por ejemplo, una madre dijo que su intenso vómito se debió a que su bebé no le gustaba lo que comía y otra consideró que su deseo se debió a su bebé "le gusta el pollo frito". "Muchos de los síntomas se ven con frecuencia como manifestaciones tangibles de los deseos del feto, necesidades o características personales", aclaró Bessett.

Si bien las cuestiones, tales como náuseas, ansiedad y dolor del parto eran prominentes en la mitología, la investigadora principal dijo que otras enfermedades como la fatiga, el insomnio, los gases, los dolores de cabeza y la inflamación de los tobillos no son tan popularmente vinculados o discutidos.

"Ya sea porque son un poco raras (como hemorragias nasales relacionadas con el embarazo), o porque se refieren a partes del cuerpo que de las que no es educado hablar (como las hemorroides), algunos de los síntomas no suelen ser retratados en las narraciones mediáticas sobre el embarazo, ni se encuentran entre los síntomas que los amigos y familiares comparten con frecuencia con mujeres antes de su primer embarazo", agregó.