Los pediatras de Atención Primaria apoyan un endurecimiento de la ley antitabaco en beneficio de los fumadores pasivos

Actualizado: miércoles, 27 enero 2010 15:41

MADRID, 27 Ene. (EUROPA PRESS) -

La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) se mostró hoy partidaria del endurecimiento de la actual ley antitabaco anunciado por el Ministerio de Sanidad y Política Social, ya que reducirá el tabaquismo pasivo y las "muchas y graves" consecuencias que conlleva la exposición al humo del tabaco.

El objetivo de la nueva norma es prohibir el consumo de tabaco en todos los establecimientos de hostelería, bares y restaurantes cerrados, algo que asegurará "un ambiente libre de humos" para la sociedad y servirá para concienciar a la opinión pública de que "el tabaquismo no es sólo decisión de la persona que enciende un cigarrillo, sino que repercute en otras que intervienen como fumadoras pasivas", según destacó Manuel Praena, responsable del Grupo de Vías Respiratorias de AEPap.

De hecho, recuerda que en un espacio cerrado donde se fuma la mayor parte del humo es el que se desprende directamente del cigarro encendido, que tiene entre el doble y el triple de productos químicos dañinos al no pasar por el filtro del cigarrillo.

También existen diferentes evidencias científicas sobre los perjuicios que ocasiona el tabaco en los fumadores pasivos. Así, se estima que el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante es tres veces superior en hijos de madres fumadoras durante la gestación frente a los de no fumadoras.

Del mismo modo, la exposición intraútero al tabaquismo de la gestante puede afectar a la función pulmonar del niño tras el nacimiento y persistir hasta la edad adulta, comprobando que los fetos de mujeres fumadoras pasivas están expuestos a una cantidad equiparable a los de fumadoras activas de un consumo medio de 4 a 6 cigarrillos diarios.

Otros estudios evidencian que aspirar la nicotina y alguna de las más de 4.000 sustancias químicas activas que hay en el humo de cada cigarrillo provoca un aumento de las enfermedades respiratorias, incrementa las infecciones de los oídos y el riesgo de muerte súbita en los bebés, y predispone a sufrir un cáncer cuando ese niño llega a la madurez.