Saber reírse de uno mismo y juzgarse con sabiduría, egoísta inteligencia y mesura, claves ante el 'síndrome del espejo'

Imagen de la obra editada por Debate y realizada por el doctor De la Gándara
DEBATE
Actualizado: domingo, 31 marzo 2013 11:34

Editorial Debate publica la obra 'El síndrome del espejo. Cómo reconciliarse con la propia imagen'


MADRID, 31 Mar. (EUROPA PRESS) -

Saber reírse de uno mismo y juzgarse con sabiduría, egoísta inteligencia y mesura son las claves para superar el 'síndrome del espejo', que es "el denominador común de muchas enfermedades, como la anorexia o la vigorexia".

Así lo explica a Europa Press el psiquiatra y autor de la obra 'El síndrome del espejo. Cómo reconciliarse con la propia imagen', el doctor Jesús J. De la Gándara, que añade que éste aspecto engloba "a un conjunto de comportamientos humanos que tienen que ver con la relación del ser con su imagen". A su juicio, el espejo "es el mediador de esta relación".

Además, sostiene que aglutina "muchos problemas, dificultades, sufrimientos y preocupaciones de los seres humanos". Así, explica que estas dificultades que se generan al observar la imagen del espejo provocan anorexia en algunos casos, "como el de los adolescentes con problemas de la alimentación".

A su juicio, ésta es una enfermedad "muy compleja que tiene muchos condicionantes que se centran en el sufrimiento que tienen las personas porque se ven muy mal, se ven gordas". Para él, estos pacientes se juzgan "muy inadecuadamente" y tratan de controlar el peso y la comida, lo que les genera numerosos síntomas y sufrimientos, "y a veces hasta la muerte".

Actualmente, la incidencia es grande "pero lo que más importa es la magnitud del impacto y del sufrimiento que ocasiona a las personas y a sus familias", manifiesta De la Gándara. "Es un modelo de enfermedad moderna muy ilustrativo, ya que se centra en la relación entre el ser humano y su imagen", asegura.

Ante ello, el autor de esta obra publicada por la Editorial Debate apuesta por "aprender a ser sabios ante el espejo y utilizar esta sabiduría para ver y juzgar adecuadamente lo que se ve". Además, considera necesario "juzgarse con bondad y egoísta inteligencia", para lo que se exige "no tratar de imitar a los demás o a las aspiraciones que los demás tengan de uno".

DISCORDANCIAS ENTRE LO QUE SE ES Y LO QUE SE QUIERE SER

Por otra parte, el experto se muestra partidario de la mesura y equilibrio a la hora de ponerse a observarse una persona a sí misma. Para él, "hay desmesura hasta en la moderación", por lo que subraya que es mejor optar por evitar el exceso, que hace a la persona "un poco más feliz".

Por último, De la Gándara manifiesta que los espejos pueden ser un objeto que permita "reflexionar y juzgar de manera humorística". A su parecer, es fundamente "aprender a reírse de unos mismo" y ser cómplices nuestros.

En cuanto a las razones que llevan a las personas a padecer el denominado 'síndrome del espejo', el psiquiatra expone que éstas "tienen mucho que ver con los aprendizajes que cada uno hace de sí mismo desde su más tierna infancia". "A lo largo de la vida, una persona va metiendo en su cerebro una imagen de sí mismo, y no siempre la imagen que ve en el espejo coincide con la que el tiene", señala como origen.

En su opinión, las personas se comparan con los demás y con las imágenes idealizadas de belleza, placer, bondad y perfección, a las cuales "les gustaría parecerse". La discordancia entre lo que se es y lo que gustaría ser "es lo que hace que se sufra mucho y que, a veces, se enferme", asegura.

Sin embargo, no circunscribe este problema al físico, ya que éste "no es más que el medio para expresar los psíquico". A su juicio, las personas pueden sentirse fracasadas no porque estén disgustadas con su físico, sino porque "les disgusta su 'yo'".

Por ello, lamenta las personas que "se dejan la piel por una bobada estética y que llegan a hacer verdaderas desmesuras como operarse". Para De la Gándara, "en el fondo lo que tienen es un problema consigo mismos, con su 'yo' psíquico", ante lo que apuesta por acudir "primero al psiquiatra".