OVIEDO, 5 Oct. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Comisión de Otorrinolaringología (ORL) Pediátrica, Javier Cervera, ha asegurado que "en unos años los sordomudos serán historia" gracias a los programas de cribado auditivo al nacer, que aplican ya todas las comunidades autónomas, y a los implantes cocleares.
Cervera ha hecho estas declaraciones en el marco del 63 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Patología Cervico-Facial (SEORL), que se está celebrando en Oviedo.
"La instauración del diagnóstico precoz de la hipoacusia o pérdida de audición en los niños de forma universal y obligatoria en casi toda España permite instaurar un tratamiento para este tipo de deficiencia de forma precoz", ha asegurado. Así, "si el niño oye mal tendrá un retraso importante en el desarrollo del lenguaje; si no oye nada, el bebe sordo no va a desarrollar un lenguaje, y será el llamado sordomudo", ha agregado.
Los implantes cocleares, por su parte, también han "revolucionado" la sordera, según este experto. Se trata de un dispositivo electrónico, una especie de microchip que, mediante una operación que dura unas 2 horas, se introduce dentro del oído interno, en la cóclea, y estimula el nervio auditivo, lo que permite enviar las señales a la corteza cerebral auditiva.
En el caso de los niños, "lo recomendable es que el implante se realice antes del año, cuando se adquieren las primeras habilidades del lenguaje y pueda desarrollarlo sin problemas, en el momento adecuado de su vida", ha asegurado.
A su juicio el implante coclear ha sido "el avance más importante" en el tratamiento de las sorderas en los últimos años y, gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías, cada vez son más sofisticados y eficaces permitiendo a los niños implantados integrarse de una forma "absolutamente normal" en el mundo de los oyentes y evitar la sordomudez y el lenguaje de signos.
Otro factor que ha contribuido a la generalización de estos implantes entre los niños sordos es, según el doctor Cervera, el cambio de actitud de los padres sordos, que antes solían oponerse a que sus hijos dejaran de serlo y ahora comprueban cómo otros niños con implantes cocleares llevan una vida normal si necesidad de ir a un colegio de sordos.
