Un 30% del territorio nacional, crítico en materia de agua

Imagen de la tubería de conexión que se ha instalado
CHE
Actualizado: jueves, 30 junio 2011 18:07


MADRID, 30 Jun. (EUROPA PRESS) -

El 30 por ciento de la superficie española la forman zonas denominadas áridas y semi-áridas, que son, las áreas más críticas respecto a los efectos del cambio climático, por lo que ante la tendencia de una menor disponibilidad del agua "es preciso" mejorar la gestión, según concluye un estudio en este sentido presentado en el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM).

Así, la 'Evaluación del Impacto del Cambio Climático en los recursos hídricos en régimen natural', realizado por el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX), ha sido presentado por la directora de la Oficina Española de Cambio Climático del MARM, Alicia Montalvo, y por la directora general del Agua del MARM, Marta Morén, concluye que según los escenarios de futuro respecto a este problema en España, "el impacto sobre el agua es de carácter negativo". Es decir, que se prevé una reducción de los recursos hídricos y un aumento de la magnitud y frecuencia de fenómenos extremos, como inundaciones y sequías, según ha explicado Montalvo.

Además, el estudio trata de conocer dicho impactos para acometer una adecuada política de gestión del agua, que Montalvo ha definido como "un recurso trasversal y tan importante para muchos sectores económicos, como el turismo, la agricultura, energía".

De este modo, ha señalado que las zonas calificadas de muy secas en el mundo se han duplicado desde los años 70 y España es uno de los países más vulnerables frente al Cambio Climático, porque sus recursos hídricos son muy sensibles, por lo que ha reconocido que este fenómeno "le va a afectar".

"Lógicamente impacto va a existir y va a ser importante, por lo que tenemos que hacer un seguimiento muy detallado de cómo y cuando para poder integrarlo en las actuaciones", ha apostillado.

Asimismo, ha advertido de que en clave internacional, algunos países de África pueden tener problemas "serios" y que, en este sentido, el seguimiento permite integrar el conocimiento de las políticas para evitar las situaciones de alarma".

"Va a haber un problema y va a suceder en países de manera muy importante, eso es cierto. En España se tienen que tomar las actuaciones en el marco del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático sobre el cual se ha realizado este estudio, pero no tiene por qué ocurrir", ha agregado.

Para la directora general del Agua, Marta Morén, no se puede ser ajeno a estos hechos por lo que las políticas tienen que adaptarse ya que si las tendencias apuntan a una disminución de los recursos hídricos y a una distribución desigual de los mismos en tiempo y espacio, eso hace que la gestión tenga que mejorar.

"La situación es altamente susceptible de empeorar", ha reconocido, aunque ha hecho hincapié en que no se debe crear alarma social, porque "no hay argumento para tal" porque el país, en su opinión, está preparado para hacer frente a los posibles efectos.

A este respecto, Montalvo ha apostillado que aunque España esté próxima a África geográficamente, tiene una vulnerabilidad socioeconómica, unas herramientas, una estructura y un nivel de desarrollo que, lo que debe hacer es anticiparse a los riesgos y poner medidas de "gestión inteligente del recurso".

En todo caso, la directora de la oficina de cambio climático ha indicado que es necesario invertir muchos recursos y que el objetivo del Plan Nacional es conseguir la integración de todos los sistemas españoles considerando el cambio climático como un proceso contínuo de conocimiento con el objeto de promover acciones y de trabajar con distintos departamentos sectoriales.

RESULTADOS

El estudio refleja una proyección de reducción generalizada de las precipitaciones conforme avanza el siglo XXI, por lo que se reducirán las disponibilidades de agua entre un 9 y un 17 por ciento entre 2071 y 2100. Al mismo tiempo, se prevé un aumento de la temperatura y, por tanto de evaporación y transpiración por las plantas. Asimismo, se espera una disminución de la escorrentía acorde a las tendencias de temperatura y precipitación. En definitiva, los datos alcanzados por las distintas proyecciones difieren de manera considerable, especialmente, en el último periodo del siglo XXI en el que se estiman variaciones de lluvia entre un 28 por ciento y un 2 por ciento.