El alcalde de Novillas (Zaragoza) lamenta el "desastre" causado por la riada "más grande de la historia"

El Ebro, a su paso por la Expo
EUROPA PRESS

NOVILLAS (ZARAGOZA), 2 Mar. (EUROPA PRESS) -

El alcalde de Novillas, José Ayesa, ha lamentado este lunes el "desastre" causado por la crecida extraordinaria del río Ebro en las localidades zaragozanas, la riada "más grande de la historia, no por volumen de agua, pero sí por los daños" que ha causado y por la "amplitud" que ha tomado el cauce.

En declaraciones a Europa Press, Ayesa ha remarcado que esta avenida "ha rebasado todas las previsiones" y los vecinos del municipio "están desanimados" y ahora tienen que afrontar la limpieza "del barrizal" que el Ebro ha dejado a su paso.

El río alcanza una altura de 6,30 metros en Novillas y un caudal de unos 1.700 metros cúbicos por segundo. La punta de la avenida pasó por la localidad este sábado, superando los 7,20 metros de altura en el municipio.

El alcalde ha recordado que hubo que evacuar a personas mayores y algunos vecinos decidieron abandonar sus casas, a las que ya han regresado, ha señalado, al advertir de que el río "va de bajada, aunque aún estará unos días altos por la cantidad de agua" que lleva.

Esta avenida "ha regado tierras que no había regado nunca, ha sido una barbaridad", ha afirmado Ayesa, para agregar que los daños en la agricultura "se verán" cuando baje el nivel del agua, "pero por lo poco que hemos visto, serán inmensos".

Una vez que pase la avenida, los alcaldes de la ribera "nos tendremos que reunir" para evaluar la situación. Ayesa ha insistido en la necesidad de modificar la normativa ambiental porque "esta ley solo sirve para que el que no quiere hacer nada no lo haga y, el que quiere, lo denuncien y lo arruinen y en medio estamos nosotros" que, con los efectos de las riadas, "nos arruinamos del todo".

Este fin de semana varios vecinos de Novillas han tenido que ser trasladados de sus domicilios a la residencia de personas mayores y a otras viviendas, el río ha anegado 1.600 hectáreas de cultivo --alfalfa, trigo y coliflor-- y unas 3.000 cabezas de ganado bovino, ovino y porcino han quedado rodeadas por el agua. En este punto, el Ebro rebasó varias motas defensivas e inundó una veintena de casas próximas a la ribera.