Botella defiende que la verdadera conciliación empieza por los horarios laborales y lamenta "retrocesos" en la igualdad

Ana Botella y Victoria Prego
AYUNTAMIENTO DE MADRID/ EUROPA PRESS

MADRID, 6 Mar. (EUROPA PRESS) -

La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, ha defendido este viernes que la verdadera conciliación empieza con los horarios laborales y con la implicación de los hombres en la educación de los hijos, siguiendo el ejemplo de los países nórdicos, y ha lamentado "retrocesos" en la igualdad que no le gustan nada pero que se ha negado a señalar.

Lo ha hecho en la entrega del Premio Clara Campoamor a la periodista Victoria Prego, dos días antes de que se celebre el Día Internacional de la Mujer, en la que sus primeras palabras han sido para las 200 niñas secuestradas por Boko Haram en Nigeria.

Botella ha recordado que ella pertenece a una generación en la que no había igualdad jurídica, donde hasta para cobrar la nómina y tener cuenta en el banco se tenía que contar con la autorización del padre o del marido. También el código penal diferenciaba entre el adulterio cometido por hombre o por la mujer.

Para la alcaldesa la "independencia económica es la verdadera independencia". "Independencia es sentirte libre en la vida", ha definido. Eso le ha llevado a apuntar que en la actualidad todavía "no hay igualdad real" entre hombres y mujeres e, incluso, hay retrocesos. "En algunas cosas hay retrocesos que no voy a citar. Son algunas cosas que a mí no me gustan nada pero no voy a citar", ha declarado.

Uno de los aspectos que más desigualdad genera es la falta de paridad salarial. "Es una auténtica vergüenza que, a igual trabajo, no haya igual salario", ha lanzado.

Además, la cuestión de la natalidad es una de las que más debería preocupar a la sociedad española, lo que le ha llevado a pedir que se mire a las políticas del norte de Europa, que han sido muy "fructíferas", instando a aumentar la presencia del hombre en la educación de los hijos.

Aunque para Botella "la verdadera conciliación pasa por un auténtico cambio en los horarios laborales, exactos para ambos sexos que permitan participar en la educación de los hijos". "Y hay manera de hacerlo porque, si se ha hecho en todos los países de Europa, ¿por qué no nosotros?", se ha preguntado.