Plaza Catalunya
EUROPA PRESS
Actualizado: jueves, 30 junio 2011 14:55


BARCELONA, 30 Jun. (EUROPA PRESS) -

La normalidad ha vuelto a plaza Cataluña, en el centro de Barcelona, donde las palomas y los turistas se han vuelto a erigir como únicos inquilinos tras el desalojo tranquilo de los acampados realizado por los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana en la madrugada del jueves.

Flanqueados por una patrulla de Mossos y una de la Guardia Urbana, los servicios de limpieza se apremiaban esta mañana en limpiar las últimas pintadas en el suelo de la plaza que durante 45 días sirvió a los indignados para celebrar asambleas y los pasillos de acceso a las mismas, así como retirar, a golpe de azada, las huertas cultivadas en los jardines superiores.

También son las aves las únicas que vuelven anidar en los árboles que conforman el entorno de la plaza, que han sufrido una poda fuera de temporada, después de retirar los 'nidos humanos' que se fueron construyendo con la indignación.

Uno de los acampados de la comisión de información, Roc, ha paseado este jueves preguntado al retén de agentes policiales si iban a quedarse allí por mucho tiempo.

"Espero que se queden. Hay muchos que pretenden volver a acampar porque entiende que la plaza es suya. No se puede volver a repetir una acampada como la que quedaba aquí al final porque la plaza es un sitio público, de la gente, para pasear", ha explicado a Europa Press horas después de ser identificado por los mossos.

Según ha avanzado, los desalojados tienen previsto reunirse en la plaza a las 16.00 horas después de haber descansado, aunque Roc espera que nadie intente acampar de nuevo.

"Después del desalojo, a las 5.30 horas un grupo volvimos a la plaza a reunirnos. Nos sentamos en el suelo y los urbanos nos dijeron que no podíamos sentarnos. Quedamos en que hablaríamos a las 16.00", ha expuesto.

PARADISTAS 'INDIGNADOS'

Uno de los cuatro paradistas de la plaza, Oscar Suñé, comparte el miedo de Roc por una posible segunda acampada y espera que los urbanos y los mossos patrullen al menos 15 días durante 24 horas para asegurarse de que no vuelva a pasar y, en caso contrario ha asegurado que estaría dispuesto a impedirlo él mismo.

Suñé ultima con su abogado una denuncia contra el Ayuntamiento por las pérdidas que les ha provocado el no poder abrir durante los 45 días, "por la omisión del consistorio en cumplimiento de las leyes y ordenanzas municipales".

"Después de los nervios y el cansancio, ahora estamos tranquilos y a la espera de que limpien todo esto, arreglen los jardines y puedan volver los ciudadanos, los cruceristas y los abuelos a dar de comer a las palomas", ha auspiciado el tendero.

Ha solicitado con sorna que sus pérdidas las pague el fondo de compensación de 'indignados' y que ha tenido un recuerdo para el ayuntamiento y su alcalde saliente, Jordi Hereu, a quien ha achacado la falta de deferencia de no tener unas palabras de apoyo para ellos.

A las pérdidas de los paradistas habrá que sumar el dinero que el Ayuntamiento de Barcelona ha calculado para reparar los desperfectos de la acampada que costará al menos 240.000 euros, lo que no incluye las estatuas ni la propia operación de desalojo, según ha avanzado este jueves la tercera teniente de alcalde en funciones y responsable de Seguridad, Assumpta Escarp.

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