ROMA, 3 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Papa Francisco ha aprobado los estatutos de los nuevos organismos económicos de la Santa Sede --del Consejo para la Economía, de la Secretaría para la Economía y de la Oficina del Revisor General--, organismos creados hace un año por el Pontífice para supervisar las finanzas vaticanas y, entre las novedades, ha ampliado el número de revisores de las finanzas de los dicasterios del Vaticano y ha separado la vigilancia de la gestión.
El portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, ha señalado que los estatutos son de acceso público desde este martes en el portal de Internet del Vaticano.
Los tres estatutos firmados por el Papa están fechados a 22 de febrero de 2015 y entraron en vigor el pasado domingo 1 de marzo de 2015, antes de publicarse en las Acta Apostolicae Sedis.
La Oficina del Revisor General que está encargada de supervisar los dicasterios de la Curia Roma, de las instituciones vinculadas a la Santa Sede y de las administraciones del Estado de la Ciudad del Vaticano, tendrá tres revisores y no uno como se pensó al principio.
Estos tres nombramientos aún no se han producido pero tendrán la labor de realizar un programa de revisión anual e informar al Consejo y a la Secretaría para la Economía de eventuales irregularidades.
Por otro lado, la Secretaría para la Economía, organismo competente para el control y la vigilancia en materia administrativa y financiera sobre los dicasterios de la Curia, queda formada por dos secciones, una para el control y la vigilancia y otra para la sección administrativa.
Mientras, el Consejo de la Economía, encabezado por el cardenal Reinhard Marx, está formado por 15 miembros: ocho cardenales u obispos y siete expertos laicos.
El Papa Francisco explicó el pasado mes de mayo que el Consejo de Economía "tiene un rol significativo en este proceso de reforma", porque es el "encargado de vigilar la gestión económica, y las estructuras y actividades financieras de estas administraciones".
Además determina la política y la legislación que serán después aplicadas por la Secretaría para la Economía, dirigida por el purpurado australiano George Pell.
