El Papa a los jóvenes: "La vida del matrimonio cristiano es bella"

Publicado: miércoles, 26 abril 2017 12:09

ROMA, 26 Abr. (EUROPA PRESS) -

El Papa ha propuesto a los jóvenes católicos "la vida del matrimonio cristiano" porque "es bella", al tiempo que ha asegurado que el alma de los creyentes "es un alma migrante" que siempre está acompañado por Dios.

"En su camino en el mundo, el hombre nunca está solo. Sobre todo, los cristianos no se sienten nunca abandonados, porque Jesús asegura que estará esperando no solo al final largo viaje, sino que acompaña todos en cada una de las jornadas", ha aseverado durante la audiencia general de este miércoles.

Francisco ha reflexionado durante la catequesis sobre la esperanza cristiana al compararla con un ancla fija en el cielo, un símbolo del que ha revelado que es uno de los que más le gustan. Para el Pontífice, "no es coincidencia" que entre los símbolos de la esperanza cristiana esté el ancla ya que expresa que ésta "no es vaga, que no se puede confundir con el sentimiento mutable de quien quiere mejorar las cosas de este mundo de manera fantasiosa, bastándose únicamente de su propia fuerza de voluntad".

"Solo tenemos que amarrarnos al cabo y seguir siempre adelante, porque estamos seguros de que nuestra vida es como un ancla que está en el cielo, fija en el lugar adonde llegaremos", ha señalado.

En este sentido, ha explicado que la esperanza cristiana no se arraiga en el "atractivo del futuro, sino en la seguridad de que aquello que Dios prometió, lo realizó en Jesucristo". "Si Él nos ha garantizado que no nos abandonará nunca, si el comienzo de cada vocación es un 'sígueme' con el cual Él nos asegura que permanecerá siempre delante de nosotros, ¿por qué habríamos de tener temor? Con esta promesa, los cristianos pueden caminar por todas partes", ha precisado.

De este modo, ha comentado que el Dios cristiano "no es un Dios sentado, secuestrado en un cielo lejano" sino un Dios "apasionado del hombre, tiernamente amante de seres de los que es incapaz de separarse". "Los seres humanos somos hábiles rompiendo lazos y puentes. En cambio Él no. Si nuestro corazón se enfría, el suyo permanece incandescente. Dios acompaña siempre, incluso aunque el hombre se olvide de Él", ha asegurado.

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