ROMA, 29 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Papa Francisco ha visitado este viernes el Hospital Pediátrico Universitario de Prokocim, en Cracovia (Polonia), y ha expresado ante a los niños enfermos que le escuchaban desde sus sillas de ruedas su deseo de sentarse junto a cada uno de ellos, abrazarles y "guardar silencio ante las preguntas sin respuestas inmediatas".
"Me gustaría poder estar un poco cerca de cada niño enfermo, junto a su cama, abrazarlos uno a uno, escucharos por un momento a cada uno de vosotros y juntos guardar silencio ante las preguntas para las que no existen respuestas inmediatas. Y rezar", ha señalado.
Asimismo, durante su visita a este centro, que se enmarca en su viaje a Polonia con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), Francisco ha denunciado la "soledad" con la que se encuentran a veces las familias con niños enfermos a su cargo y ha pedido que los más desfavorecidos estén "en el centro de la atención social y política" y que no prevalezca la "crueldad" del "descarte".
"Esto es el signo de la verdadera civilización, humana y cristiana: poner en el centro de la atención social y política a las personas más desfavorecidas. A veces, las familias se encuentran solas para hacerse cargo de ellos. ¿Qué hacer? Desde este lugar, donde se ve el amor concreto, diría: multipliquemos las obras de la cultura de la acogida", ha propuesto.
Una vez más, Francisco ha denunciado la cultura del "descarte" que se practica con los "más débiles" en la sociedad actual. "Cómo quisiera que, como cristianos, fuésemos capaces de estar al lado de los enfermos, como Jesús, con el silencio, con una caricia, con la oración. Nuestra sociedad, por desgracia, está contaminada por la cultura del descarte, que es lo contrario de la cultura de la acogida", ha lamentado.
En todo caso, ha reconocido la labor que se realiza en hospitales como este y ha puesto de relieve el trabajo de "quienes han hecho de la invitación evangélica a visitar a los enfermos una opción personal de vida": médicos, enfermeros, todos los trabajadores de la salud, así como los capellanes, voluntarios y religiosas.
Tras el discurso, el Pontífice ha cogido de forma cariñosa la mano de cada uno de los niños que asistían al acto, se ha preocupado por un bebé que lloraba desconsoladamente y ha abrazado a un pequeño que se ha lanzado a sus brazos.
En el acto también ha intervenido la primera ministra de Polonia, Beata Szydlo, que ha agradecido la "sencillez" de las palabras del Papa que les transmiten "fe, esperanza y amor". También ha recordado que esta visita se enmarca en el Año Jubilar de la Misericordia que, según ha destacado, "no es otra cosa que enseñar el amor activo, la caridad".
A continuación, el Pontífice ha recorrido las instalaciones del hospital y, a su salida, le esperaba un grupo de fieles que le han despedido al grito de 'Viva el Papa' en español.
