ROMA, 23 Ago. (EUROPA PRESS) -
El Papa Francisco ha pedido oraciones por las víctimas del terremoto de magnitud 4.0 que sacudió la isla turística de Ischia, delante de la ciudad de Nápoles este lunes, que dejó al menos dos muertos y decenas de heridos.
A punto de cumplirse un año del seísmo de magnitud 6,2, que asoló varias localidades en el centro de Italia, dejando casi 300 fallecidos, Francisco ha pedido este miércoles 23 de agosto en su audiencia general, oraciones por la víctimas de estas calamidades naturales.
Durante su catequesis ha reflexionado sobre el concepto de esperanza cristiana y ha invitado a los fieles a no dejarse arrastrar por la nostalgia y, en cambio, a mirar con esperanza hacia la vida futura prometida por Jesús.
"Creemos y sabemos que la muerte y el odio no son la última palabra pronunciada sobre la parábola de la vida. Ser cristianos implica una nueva perspectiva: una mirada llena de esperanza", ha precisado.
De este modo, ha señalado que los cristianos son "gente más de primavera que de otoño" en cuanto no lloran "con nostalgia, arrepentimiento y lamentos" porque saben que Dios quiere que se cultiven "sueños de forma incansable".
"¿Soy un chico o una chica de primavera o de otoño? ¿Mi alma es un alma de primavera o de otoño? Que cada uno se responda. ¿Soy de primavera que espera las flores, los frutos, el sol, que es Jesús, o de otoño, que es andar con la mirada baja, amarillenta, ir con la cara de 'pimiento en vinagre'?", ha preguntado el Pontífice argentino al dirigirse a los fieles reunidos en el aula Pablo VI del Vaticano.
Así, les ha invitado a meditar la Sagrada Escritura "no de manera abstracta, sino después de haber leído una crónica de estos días, donde se informa de noticias tristes". "Probad a pensar en los rostros de los niños asustados por la guerra, el llanto de las madres, los sueños rotos de tantos jóvenes, los refugiados que sufren viajes terribles", ha enumerado.
"Desafortunadamente, la vida también es esto. Incluso, a veces, se diría que la vida es sobre todo esto", ha agregado.
Finalmente, ha subrayado que "no es cristiano caminar con la mirada baja, sin alzar los ojos en el horizonte, como si el camino se hubiera acabado aquí, después de un palmo de pocos metros de viaje; como si no se tuviera ninguna meta y ningún fin, y se estuviera solo destinado a un continuo vagar, sin ninguna razón para tanta fatiga".
