El Papa visita Auschwitz
EPISKOPATNEWS
Actualizado: viernes, 29 julio 2016 14:54

CRACOVIA, 29 (del enviado especial de Europa Press José María Navalpotro)

El Papa Francisco ha realizado este viernes 29 de julio una emotiva visita al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, marcada por el silencio, sin intervenciones públicas. Tan solo ha dejado escrito en el Libro de Honor del campo de concentración: "Señor, ten piedad de tu pueblo! Señor, perdona tanta crueldad!".

El Pontífice ha protagonizado uno de los momentos más emotivos de su visita a Polonia, iniciada el miércoles 27 de julio, al visitar en silencio el campo de concentración de Auschwitz. El Papa ha entrado en el campo de concentración a pie, bajo la inscripción que preside el campo "Arbeit macht frei" ("El trabajo os hará libres").

Posteriormente ha entado en la celda donde ha estado el padre Maximilian Kolbe y se ha rezado de rodillas, en silencio, durante un tiempo cercano a los diez minutos. En su vista al campo de concentración, en medio de un impresionante silencio, Francisco ha encendido una lámpara en el llamado 'Muro de la Muerte', donde eran fusilados los prisioneros.

Al firmar en el Libro de Honor de Auschwitz, ha escrito en español: "Señor, ten piedad de tu pueblo! Señor, perdona tanta crueldad!".

Posteriormente, el Santo Padre se ha dirigido en coche al vecino campo de Auschwitz II-Birkenau, a solo tres kilómetros, donde los nazis asesinaron judíos a gran escala. Allí, el Papa, con el rostro serio y triste, ha rezado en un monumento a las víctimas, situado entre las ruinas de las dos mayores cámaras de gas.

El Papa ha saludado personalmente a una docena de supervivientes del campo de concentración y a un grupo de 'Justos entre las naciones' (personas no judías que arriesgaron su vida por salvar judíos durante la Segunda Guerra Mundial).

El padre Kolbe, en cuya celda ha rezado el Papa, es un religioso polaco, canonizado por Juan Pablo II en 1982, que intercambió su vida con la de un padre de familia condenado a muerte en este campo de exterminio. Fue ejecutado con una inyección de gas fenol en este lugar hace exactamente setenta y cinco años.

LOS 'JUSTOS' A LOS QUE HA SALUDADO EL PAPA

Entre los 'justos entre las Naciones' saludados por el Papa se halla Maria Augustyn, hija de Karol and Waleria Jamro, quienes alojaron en 1942, a una pareja de prófugos judíos, Hena y Oskar Oliner, que llevaban huyendo varias noches. Los padres de Maria no solo aceptaron acoger al matrimonio, desesperado, sino que además les dieron de comer. Los judíos se marcharon al día siguiente, pero, sin encontrar otro lugar que les acogiera, regresaron a casa de los Jamro en el pueblo de Zagórzany, quienes les prepararon un escondite, dentro de un guardarropa. Tras la guerra, los Oliner emigraron a estados Unidos, pero mantuvieron el contacto con la familia Jamro.

Anna Bando (nacida Stupnicka), otra de las personas saludadas por el Papa, es hija de Janina Stupnicka, profesora, que trabajaba durante la ocupación alemana como registradora de edificios residenciales, incluyendo algunos del "gueto" de Varsovia. Cuando iba a trabajar, junto a su hija Anna (de 12 años entonces) llevaban pan en sus bolsos, y lo repartían entre los judíos sin provisiones. Consiguieron además sacar a una niña de 11 años del gueto y, hasta el final de la guerra, la ocultaron con ellos, como otro miembro de la familia. Además, dieron cobijo un tiempo a Ryszard Grynberg, un perseguido, a quien proporcionaron documentación falsa para huir. Hicieron lo mismo con un médico judío, a quien Stupnicka consiguió trabajo y que cada día iba a su casa para poder comer, bañarse y descansar.

Miroslawa Gruszczynska es otra de las personas a quienes saludó el Papa. Su tía decidió albergar a una joven, 'Marysia' (Anna Allerhand), unos días, pero enfermó y no pudo dejar la casa. Cuando pudo recobrarse, la familia decidió que se quedase con ellos. La situación se complicó cuando otra familia polaca se fue a vivir con ellos. Sin documentación, 'Marysia' no podía salir de casa, así que un sacerdote amigo preparó un certificado de bautismo con su nombre, de forma que pudo ser incluida como miembro de la familia. El hermano de Anna consiguió sobrevivir también: Aleksander estuvo en varios campos de concentración, fue incluido en la célebre "Lista de Schindler" y liberado.

Por otra parte, entre los supervivientes a quienes ha saludado el Papa también habría personas con graves historias a su espalda. Estaba una violinista, Helena Dunicz Niwinska, nacida en 1915 en Viena. Vivió hasta 1943 en Lvov, con sus padres y hermanos. Le arrestaron junto a su madre y la llevaron a Auschwitz en octubre de 1943. Fue incluida en una orquesta en Birkenau. Su madre murió en el campo de concentración, pero ella fue evacuada en enero de 1945. Tras una "marcha de la muerte" fue liberada y, al acabar la guerra, se trasladó a Cracovia. En 2013 publicó sus recuerdos en el libro 'One of the Girls in the Band'.

El Papa también ha saludado a Alojzy Fros, nacido en 1916 en Rybnik. Acusado de conspiración, le llevaron a Auschwitz en agosto de 1943. Pasó los dos primeros meses en el hospital del campo, por estar enfermo. Luego fue encargado de clasificar los paquetes que llegaban para los prisioneros. Fue trasladado a los campos de concentración de Sachsenhausen y Buchenwald y, finalmente, liberado en abril de 1945. Publicó en 2015 sus memorias: 'My story'.

Entre los supervivientes, figuran dos catedráticos. Uno, Waclaw Dlugoborski (nacido en 1926 in Varsovia), fue deportado a Birkenau acusado de conspiración política. Trabajó en el hospital del campo, de donde consiguió escapar aprovechando la salida de un transporte con evacuados. Tras la guerra, trabajó como investigador universitario y como asesor científico del Museo de Museum Auschwitz-Birkenau. El otro catedrático presente es Zbigniew Kaczkowski, natural de Cracovia, cuya madre trabajaba como enfermera en el proprio campo de Auschwitz, y falleció en él. En julio de 1944, el profesor pudo huir, pero fue capturado y enviado al temible Edificio 11. Luego fue deportado a Buchenwald, y a Ravensbrück. Tras la guerra fue investigador universitario.

Valentina Nikodem, otra superviviente, nacida en 1922 en Lodz, fue conducida al campo de concentración junto a su hermana -que falleció allí-, debido a que su padre fue asesinado por la Gestapo. En Auschwitz, ella ayudó a varias internas a dar a luz y fue madrina de algunos de esos hijos. Fue liberada en 1945.

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