¿Cómo sé si estoy sobreprotegiendo a mi hijo?

¿Por Qué El Niño Tarda En Aprender A Hablar?
ISTOCK
Actualizado: viernes, 7 agosto 2020 10:46

MADRID, 7 Dic. (María Martín, psicóloga) -

Parques divididos entre niños que juegan y se manchan; y madres y padres que no dejan jugar a sus pequeños porque pueden caerse.

Maestros que reciben peticiones continuas de tutorías para que sus hijos en primaria y secundaria puedan mejorar; y profesores de universidad que atienden a padres de alumnos mayores de edad que piden revisiones de exámenes.

Niños que dedican más tiempo a actividades extraescolares que a jugar libremente con sus amigos: tenis, fútbol, inglés, piano, etc.

Hay muchas opciones y pocas horas en el día para hacerlas todas. Los niños necesitan tener tiempo para jugar y divertirse libremente. Dentro de las actividades programadas, es necesario incluir tiempo libre para que puedan innovar y crear.

Para su desarrollo es bueno caerse, mancharse, fracasar y conseguir lo que se proponen a la segunda o a la tercera. En eso consiste el proceso de aprendizaje. Desarrollar estrategias alternativas que les permitan llegar a la meta por sí mismos. ¡Vencer el aburrimiento!

Son situaciones reales que se dan hoy en día y que tienen en común cierta sobreprotección parental. Ahora se categoriza como "hiperpadres" o "padres helicóptero".

Este concepto no es nuevo, ya en 1920, Levy definió la sobreprotección parental como "aquellos comportamientos parentales más allá de lo que la mayoría de los padres harían en circunstancias similares".

La definición no clarifica lo suficiente como para encontrar respuesta a la pregunta: ¿Somos padres sobreprotectores? ¿Cuál es la frontera entre la protección y la sobreprotección? ¿Dónde dejas de proteger el bienestar de tus hijos para comenzar a sobreprotegerles?

¿PROTEGER O SOBREPROTEGER?

Lo más importante es aplicar el sentido común. Evitar que los niños se encuentren en situaciones en las que corre peligro su integridad física, personal o psicológica. Por ejemplo, prevenir que un niño juegue cerca de la carretera, con objetos punzantes o cerca de enchufes es necesario para proteger su integridad física. Enseñarle a utilizar internet y redes sociales podrían ser otros ejemplos.

La clave puede estar en analizar si en el futuro esas situaciones son una oportunidad de aprendizaje o un riesgo y pueden acarrear problemas. Entonces es necesario prevenir y evitar. Eso es protección.

Analizar cada situación es complicado. Ayuda obtener respuesta a la pregunta: ¿Estoy enseñándole lo mismo que quiero que aprenda? Si intento enseñar a mi hijo a montar en bicicleta él sólo y no le dejo ir por cuestas o caminos empedrados porque se puede caer, no le estoy ayudando a enfrentarse a todo lo que él puede. El percibirá miedo, peligro, inseguridad, como Nemo cuando quiere nadar en mar abierto y su primer pensamiento es "papá dice que es peligroso". Después, su padre comienza a enumerar los riesgos de dicha situación.

¿Qué podría haber hecho el padre de Nemo? Podría protegerle acompañándole a mar abierto y capacitándole para solucionar posibles dificultades. Podría haberle esperado, supervisando que todo saliera bien. Podría remarcarle sus fortalezas para saber que tiene estrategias para poner en marcha en caso de dificultad.

Si evitamos que el niño se enfrente a situaciones cotidianas, él puede desarrollar o aprender:

o Miedo a situaciones negativas y difíciles: Quizá no se atreva a dar un paso adelante y a tratar de solucionar dichas situaciones. Puede ser un niño que "se quede parado" esperando que le digas qué tiene o puede hacer. Es común que pase las primeras veces que se enfrenta a algo. Si ocurre siempre y en la misma situación de forma continua comienza a ser negativo y afecta a su autonomía.

o Acudir a vosotros cada vez que vea una dificultad: Muchas situaciones que cualquier niño podría resolver, a él le resultan más fácil con vosotros involucrados. Eso lo aprenderá y lo podrá aplicar a todas sus situaciones del futuro, incluso cuando sea más mayor, buscando supervisión y aprobación de cada decisión que toma. Se puede volver un adolescente o un adulto dependiente de los demás.

o Enfadarse, llorar y frustrarse cuando las cosas no salen a la primera: Ante cualquier adversidad se da por vencido y, en vez de esforzarse en sobreponerse, busca a alguien que le ayude y lo resuelva por él. Se denomina baja tolerancia a la frustración y aparece cuando el niño ante una adversidad no trata de buscar solución si no que tira la toalla.Esto forma parte de su autoestima y su proceso de capacitación.

El niño necesita amor, educación, cariño y comprensión, seguridad y apoyo de su entorno parental. Gracias a ello conseguirá confianza, motivación, confirmación, seguridad y satisfacción. Pero también necesita vuestro apoyo, ánimo, respaldo y confianza para afrontar las situaciones difíciles. Necesita tener vuestro apoyo para vivirlas, no que las viváis vosotros por él.

Dedícale tiempo de calidad. Refuerza sus puntos fuertes. Escúchale. Capacita su proceso de desarrollo.

María Martín Vivar
Psicóloga