Grupos de plastificadores ilegales de maletas amedrentan en Barajas a empleados de la concesionaria legal

Imagen de la protesta
CEDIDA

MADRID, 26 Nov. (EUROPA PRESS) -

Varias bandas de plastificadores ilegales de maletas llevan dos años operando en el aeropuerto de Madrid Barajas amedrentando y amenazando a los trabajadores de la concesionaria legal, según han denunciado hoy éstos últimos.

Uno de los directivos corporativos de la compañía Safe Bag que en su momento ganó el concurso de adjudicación para la plastificación de maletas en el aeropuerto, Juan Rivas, ha explicado que la situación ha ido empeorando en los últimos meses.

"Cuando nosotros empezamos a trabajar en Barajas había algunos plastificadores ilegales, algo que no nos contaron desde Aena. Poco a poco fueron llegando más y cómo nadie ha hecho nada para controlarlo. Se sienten con una impunidad absoluta y ya son tres bandas ilegales las que operan aquí. Por eso los trabajadores se han plantado y han dicho 'Basta'", ha explicado.

En un principio, operaban en la T-4, aunque poco a poco se han distribuido por el resto de las terminales, hasta tal punto que en vuelos como los de Malabo y Bogotá sólo trabajan los plastificadores ilegales, según han detallado a Europa Press las mismas fuentes.

La actuación de estas personas, que a veces llevan hasta un número de 40, está ocasionando problemas de todo tipo. Como empresa, Safe Bag ha calculado que con esta competencia desleal, que no paga ningún tipo de impuesto, pierde 400.000 euros al año. Por otro lado, los trabajadores pierden pluses de productividad y reciben amenazas y golpes.

Los plastificadores ilegales, según ha detallado Rivas, se dividen en tres grupos por nacionalidades: rumanos, búlgaros y subsaharianos. Llegan a primera hora juntos y se distribuyen por varias terminales, especialmente la T-4. El material se lo distribuye una furgoneta nodriza, que le transporta además de un terminal a otra. Se trataría, por tanto, de bandas organizadas y jerarquizadas.

Estas personas utilizan plásticos de baja calidad --que llegan a dañar las cintas transportadoras de maletas del aeropuerto--, comprados en las tiendas, para plastificar a mano las maletas, a diferencia de la compañía concesionaria, que utiliza máquinas. Ante esta situación, algunas compañías aéreas han reaccionado y no permiten embarcar plástico que no sea de la calidad legal en sus vuelos. Por eso, la empresa concesionaria pide que Aena universalice esa medida.

Los plastificadores ilegales cobran cinco euros por maleta, frente a los siete de los legales. Precisamente, usan esta precio bajo para convencer a los turistas de que utilicen sus plástico, taponando o rodeando las máquinas legales de plastificar.

Si algún trabajador de Safe Bag les recrimina su actitud o comenta al pasajero la ilegalidad de su actuación, es amenazado, incluso con armas blancas, ha relatado a Europa Press el responsable de la compañía.

El grado de intimidación ha llegado, en ocasiones, a que algunos hayan acabado su jornada de trabajo con ruedas de los coches y motocicletas rajadas, además de la amenazas de muerte que han sufrido ellos y algunos guardias de seguridad que les han hecho frente.

El directivo ha indicado que la empresa ha mandado cartas a la Presidencia de Aena y a su director comercial, pero "no han obtenido ninguna respuesta ni sensibilidad". Los trabajadores han interpuesto quejas ante la Dirección de Aena, el Ministerio de Fomento, el Ayuntamiento, la Delegación del Gobierno en Madrid, así como denuncias particulares en los Juzgados y ante los policías, "que también han demostrado su inhibición ante lo que ocurre".

"Entre el descenso del número de pasajeros, la ampliación de los vuelos 'low cost' en los que muchos viajeros van sin maleta más la actividad ilegal y agresiva de estos piratas estamos asfixiados", ha concluido Juan Rivas.

LOS TRABAJADORES, MOVILIZADOS

Por su parte, los plastificadores legales han creado una plataforma sindical, desde la que lanzaron ayer mismo un manifiesto en el que piden que se les garantice "unas condiciones decorosas de trabajo y seguridad contra las agresiones físicas que día a día denuncian ante la Policía y ante Aena sin resultado".

"Este situación corrompida no nos deja más salida que el empleo de movilizaciones y por último de la huelga, sin plazo definido de terminación, como el arma más poderos que poseemos para reivindicar nuestros derechos. Procedemos además, a la adopción de todas las medidas que consideramos adecuadas para lograr el éxito de nuestras demandas", señala el representante sindical, Juan de Dios Rodríguez.

Así, en el día de hoy algunos empleados han realizado protestas y han colocado carteles en las máquinas plastificadoras del aeropuerto, que más tarde han sido retirados por los agentes.

A su requerimiento, el Grupo Parlamentario Socialista presentó ayer una pregunta escrita al Gobierno de la Nación en el pide saber qué medidas ha adoptado o tiene previsto adoptar para evitar estas actividades ilegales y para garantizar la seguridad de los trabajadores legales.

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