¿Cómo se investigan los incendios forestales?

Incendio forestal este lunes en la Serra de San Mamede
REMITIDA

MADRID, 18 Oct. (EUROPA PRESS) -

El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha desplazado a la zona afectada por los incendios a personal especialista en investigación de incendios forestales procedentes de la Unidad Central Operativa de Medio Ambiente (UCOMA), en apoyo de sus unidades en Galicia y en Asturias, y ha recordado la lluvia "ayuda a extinguir" los fuegos, pero "no es beneficiosa" para la tarea del investigador.

Así lo ha explicado, en declaraciones a Europa Press, el teniente Luis Fernando Solanas, de la Jefatura del Servicio de Protección de la Naturaleza, quien ha advertido de que las lluvias pueden "borrar algunas de las huellas o de las claves que después hay que interpretar".

Según ha manifestado Solanas, la investigación de incendios forestales "exige unos conocimientos policiales y técnicos muy exclusivos", y hay que tener en cuenta la "singularidad" de los delitos ya que "en el monte no hay testigos".

"El monte no nos habla y cuando conseguimos llegar a la escena del crimen, ésta se encuentra carbonizada", ha subrayado. Solanas ha señalado que "recuperar y conseguir pruebas" que sirvan para poder ser utilizadas en un juicio es "francamente difícil".

En relación con el método de investigación que siguen los equipos expertos del Seprona, el teniente ha detallado que el primer paso es recabar datos históricos, es decir, estudiar las estadísticas y los datos históricos meteorológicos, para comprobar "si se ha seguido un patrón o una pauta de incendios forestales en la misma zona".

A continuación y una vez localizada la zona de inicio del fuego, según ha apuntado Solanas, los especialistas se personan en el lugar con el maletín de investigación, para llevar a cabo la inspección ocular. "Tenemos que llegar hasta el origen del fuego e identificar el método de ignición", ha destacado, al tiempo que ha matizado que ello se realiza a través de la interpretación de los vestigios que dejan las llamas.

"Los vestigios que deja el fuego pueden ser de muchas clases. El fuego en su avance se topa con una roca y por la parte en la que incide la roca presenta un color mucho más ennegrecido que la parte posterior. Identificando esa roca se puede saber la dirección que ha seguido el fuego", ha aclarado.

Otro de los vestigios, como ha especificado el mando del Seprona, son las graminias que se encuentran en el bosque, unas plantas que cuando son afectadas por una fuente de calor sus tallos caen "todos" hacia esta fuente. Además, si la potencia calorífica es "suficiente" para quemar el tallo, éste "va a quedar biselado".

Tras acotar la zona de inicio, se produce la recogida de pruebas y la zona de muestras. "Todo aquello, materiales, pruebas que no debieran estar en el monte. Estamos hablando de plásticos, de acelerantes y retardantes, material orgánico, etc. Todo esto recogido, haciendo diferentes tomas de muestras, se van a enviar al laboratorio", ha remachado, para después subrayar que después "viene la parte más difícil, una investigación policial posterior para intentar relacionar todas las pruebas con el autor de los hechos".

PARECIDO A UNA INVESTIGACIÓN POR ASESINATO

Para el teniente del Seprona, esto último es una investigación "francamente dificultosa" ya que hay que utilizar unos parámetros de investigación "muy parecidos a lo que sería una investigación por homicidio y por asesinato".

Por otro lado, el teniente ha indicado que las causas de los incendios forestales son las naturales (4%) y las originadas por el hombre (96%). Así, ha precisado que aquellos fuegos causados por la acción humana pueden ser "negligencias, es decir, actos o descuidos" en los que la intención final no es provocar un incendio forestal; o bien intencionados, que siguen "un patrón común" como son múltiples focos, el uso de retardantes o acelerantes, o que se producen al anochecer "cuando los medios de vigilancia ya no están activos".

"Quieren provocar un incendio y ponen todos los medios para causar daños y provocar ese incendio", ha agregado Solanas, al tiempo que ha apuntado que las motivaciones pueden ser "muy variadas", entre ellas, el beneficio económico, daños a terceros o intentar extorsionar a la Administración. "El algunas ocasiones lo hemos visto", ha remachado.

Solanas ha recordado que "hay que diferenciar entre persona incendiaria y pirómano" porque este último "no tiene control de sus impulsos, de alguna manera obtiene placer observando el incendio o su extinción". "Lamentablemente, no tienen un patrón de conducta común", ha concluido.