El Equipo Técnico para la Orientación Educativa y Profesional ha presentado el primer protocolo de Abusos Sexuales para los centros educativos de la provincia de Huelva
El Equipo Técnico para la Orientación Educativa y Profesional ha presentado el primer protocolo de Abusos Sexuales para los centros educativos de la provincia de Huelva - JUNTA DE ANDALUCÍA

HUELVA, 28 Jun. (EUROPA PRESS) -

El Equipo Técnico para la Orientación Educativa y Profesional ha presentado el primer protocolo de Abusos Sexuales para los centros educativos de la provincia de Huelva que tiene como fin dar respuesta a las necesidades de los profesionales educativos, en cuanto al conocimiento específico sobre los abusos sexuales y los elementos de protección del alumnado en este tipo de maltrato.

Según ha indicado la Junta en una nota de prensa, la presentación del documento ha contado con la presencia de los de delegados de Educación y Deporte y de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación Familiar de la Junta en Huelva, Estella Villalba y Manuel Antonio Conde, respectivamente, además de los jefes de servicio de Inspección y Ordenación educativa y la asociación Adima (para la defensa de la Infancia y la prevención del maltrato infantil).

En este sentido, según ha indicado la administración andaluza, hasta ahora no había una normativa específica, ya que actualmente la respuesta se canalizaba a través de los Protocolos de Acoso Escolar o del Protocolo de Maltrato Infantil, no incluyendo intervenciones ajustadas a estas situaciones.

Por tanto, el grupo de trabajo, que ha elaborado el plan está liderado por el Área de Compensación Educativa y se compone, además del Área de Acción Tutorial y Convivencia, el Servicio de Inspección Educativa, el Servicio de Prevención de la Delegación Territorial e Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación y ADIMA, como entidad especializada en la atención e intervención con menores víctimas de abuso sexual.

De este modo, Villalba ha declarado que los centros educativos "deben ser espacios protectores para todos los niños y adolescentes, especialmente para aquellos que presenten algún tipo de vulneración de derechos o de su intimidad como puede ser el Abuso Sexual Infantil".

"Con este protocolo tratamos de reflejar la información que se pueda necesitar ante el conocimiento en un centro educativo, de que un niño pueda ser víctima de una situación de abuso sexual, teniendo en cuenta las emociones y las sensaciones que produce este fenómeno en los maestros, orientadores y otros profesionales del contexto educativo, de esta forma pretendemos actuar lo más rápidamente posible", ha señalado la delegada.

El abuso sexual es una modalidad de maltrato infantil, con "características particulares que repercuten a nivel individual, familiar y social, por lo que se requiere establecer modelos de intervención específicos y adecuados a dicha problemática", ha señalado la Junta, toda vez que ha incidido en que es "un problema, que, con adecuadas intervenciones, puede prevenirse y/o disminuir sus repercusiones e impacto en los menores que los sufren".

En esta línea, según Alejandro E. Herencia, coordinador de Área de Compensación Educativa, "prevenir el Abuso Sexual en los centros educativos supone reducir los factores de riesgo y aumentar los factores de protección", por ello, para evitar situaciones de Abuso Sexual desde el contexto educativo, "el objetivo debe estar centrado en el trabajo preventivo pisco-socio-educacional".

"Para esto los adultos pertenecientes a la comunidad escolar son piezas fundamentales para el trabajo de prevención, capacitación y conocimiento frente a una posible eventualidad de este tipo", ha señalado Herencia.

Asimismo, el coordinador ha subrayado que uno de los tres factores protectores más exitosos para prevenir el abuso sexual es "generar un clima escolar que permita que los estudiantes desarrollen la autoestima individual y grupal, se sientan queridos, respetados, valorados y seguros".

Por ello, es "fundamental" evitar el abuso y detectarlo tempranamente, por lo que en el protocolo se establecen tres posibles fuentes de detección: Revelación (testimonio directo del menor abusado), evidencias (cuestiones observables por cualquier miembro de la comunidad educativa, especialmente por el profesorado) e información (aportada igualmente por cualquier miembro de la comunidad educativa).

Por lo tanto, cualquier miembro perteneciente al centro educativo o a su entorno más cercano puede convertirse en detector de esta situación. Una vez conocida esta situación se establecen unas medidas de urgencia, dentro de las cuales se informa a la dirección del centro, al Servicio de Inspección Educativa y al Servicio de Prevención, que aportará un asesoramiento especializado acorde con la situación descrita.

A partir de ahí, el protocolo establece medidas concretas ajustadas a cada supuesto, que deberán ser organizadas, desarrolladas y evaluadas por el equipo directivo, el profesional de la orientación y cuantos profesionales intervengan.

Más noticias