MADRID, 18 Sep. (EUROPA PRESS) - Podemos comienza a pasar página de la negociación fallida con el PSOE y afronta una nueva campaña electoral, las cuartas generales desde su nacimiento, con el objetivo de evitar que resucite el bipartidismo y tratando de explicar a sus votantes qué ocurrió en estos cinco meses para abocar al país a una nueva cita con las urnas. Dirigentes de la formación morada ya adelantaban este miércoles, un día después de que el Rey constatara que no había candidato para la investidura, que para las elecciones de noviembre toca "explicar, explicar y explicar". Y lo que trasladarán durante este nuevo tiempo preelectoral es que tras haber cedido a las diferentes condiciones que el PSOE les imponía para entrar en un Gobierno de coalición, finalmente ese acuerdo no pudo ser porque el objetivo real de los socialistas era el de ir a una repetición electoral que les diera algún escaño más que los 123 que poseen en la actualidad. Para los de Iglesias, el hecho de que la oferta de julio del PSOE, que comprendía una vicepresidencia y tres ministerios, haya "caducado como un yogur" para la negociación de septiembre es la prueba de que Sánchez nunca quiso a los morados en su gabinete. A esto suman que su tesis se ve reforzada con el movimiento de última hora del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, del que dicen que fue audaz al proponer una abstención con condiciones. Desde Podemos consideran que Sánchez volvió a retratarse con la carta que mandó a Rivera en respuesta, y demuestra que realmente el presidente en funciones no quiere pactar con nadie. A pesar de que la relación entre ambos partidos, y en especial entre los líderes de Podemos y PSOE, ahora mismo no está en su mejor momento --Garzón (IU) hablaba esta semana de cicatrices y heridas--, dirigentes de la formación morada consideran que la nueva campaña no debe ser dura hacia los socialistas. Así, consideran que debe enfocarse en tratar de explicar los motivos por los que el partido no ha sido capaz de llegar a un acuerdo de Gobierno. Y esto, a pesar de que desde las bases les llega el deseo de que en esta ocasión no realicen una campaña de guante blanco con el PSOE, tal y como aseguran fue la de abril. Lo que si está claro es que saben que sería complejo fundamentar la carrera hacia las urnas en hablar del programa que aplicarían en caso de llegar al Gobierno. Sobre todo teniendo en cuenta el hartazgo social y que el periodo de campaña se reduce a ocho días. Por eso, explicarán a la ciudadanía cuál es el verdadero objetivo de Sánchez, que, aseguran, es lograr aumentar el número de escaños para "restaurar" el bipartidismo, y en todo caso lograr un acuerdo con Ciudadanos. Con todo por decidir aún sobre la campaña --dicen no haber pensado en ella hasta ahora-- sí creen que no debe fundamentarse en ir a por Sánchez, máxime cuando opinan que su imagen ya va a llegar suficientemente desgastada. Así, opinan que lo que está en juego realmente es que el multipartidismo se mantenga como hasta ahora en el Parlamento frente a un posible regreso al sistema de los dos partidos que se alternan en el poder. Se trata de defender el espacio plural de la izquierda, dicen fuentes de Podemos. Otro de los frentes que quieren dejar atado de cara a la próxima campaña es el de la unidad del espacio político de Unidas Podemos. Durante los meses de negociación con el PSOE han señalado que en varias ocasiones los socialistas trataron de dividir al grupo con el objetivo de torcerle el brazo a Iglesias. De hecho esa división cobró entidad cuando tras la investidura de julio, el órgano colegiado de IU emitió un comunicado en el que señalaba que en caso de que la coalición no fuera posible, se debería ir hacia un acuerdo programático con el PSOE. Superada esa crisis de unidad, fuentes de IU señalan que para la nueva campaña ellos defenderán la unidad en el seno de Unidas Podemos porque si tienen algo claro es que el bloque se defiende.