MADRID, 6 Mar. (EUROPA PRESS) -
Las organizaciones Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF han expresado su apoyo a las reivindicaciones del movimiento feminista y a las movilizaciones previstas el próximo viernes 8 de marzo porque comparten los "principios del ecofenimismo", donde confluyen el ecologismo y el feminismo.
Para las ONG, la "simbiosis" entre feminismo y ecologismo permite "visibilizar y denunciar" conjuntamente las reivindicaciones de igualdad de género con la sobreexplotación y el dominio de la naturaleza en un modelo económico insostenible, que "obvia la importancia de preservar los ecosistemas".
Además, defienden que la "gran fuerza transformadora y de emancipación social" del ecofeminismo, que aporta solidez y consistencia a los movimientos ecologistas y feministas, que de manera aislada quedarían cercenados en sus planteamientos.
"Es necesario denunciar la trascendencia que la actuación humana tiene sobre los ecosistemas y también analizar cómo nos afectan los distintos sistemas de opresión, no solo a las mujeres sino a la población más vulnerable", consideran en un comunicado conjunto.
En este contexto, reclaman una "nueva cultura" de la igualdad y de la sostenibilidad que ofrezca una "alternativa justa y defendible" frente a las políticas desarrollistas.
Por otro lado, señalan que la mirada "ecofeminista" destaca que la situación actual insostenible de crisis ecológica y crisis de los cuidados pone en peligro no sólo la propia supervivencia como especie, sino también la del planeta y los seres vivos que lo habitan.
En este contexto, denuncian que la desigualdad de género también tiene sus manifestaciones en el terreno medioambiental, ya que las mujeres sufren con mayor intensidad la pobreza energética, supone el 80 por cineto de los refugiados climáticos y son más vulnerables en las inundaciones, olas de frío y de calor. De hecho, apuntan que el 26 por ciento de las mayores de 65 años gasta más del 12 por ciento de su presupuesto a la energía.
Asimismo, añaden que las mujeres sufren de manera especial los efectos de tóxicos en muchos productos de limpieza o cosméticos, muchos de los cuales son disruptores endocrinos (vinculados a enfermedades como la endometriosis, la fibromialgia o el cáncer de mama) y dedican más del doble de su tiempo al trabajo no remunerado de cuidados que los hombres, de modo que en muchos casos sufren dobles jornadas de ocupación.
Por último, denuncian también que la educación no rompe con los roles sexistas, la brecha salarial inaceptable, una menor cuantía de las pensiones y una mayor precariedad laboral.
