Una visita perfecta a Florencia en Navidad

Actualizado: sábado, 19 diciembre 2015 8:49
Florencia
PIXABAY

MADRID, 19 Dic. (EPTURISMO) -

Si te estás planteando realizar un viaje estas navidades, el mes de diciembre otorga una oportunidad única para disfrutar de Florencia sin sus características colas a las puertas de los museos y sin las no menos comunes aglomeraciones de turistas a lo largo y ancho de toda la ciudad italiana.

Situada en el corazón de la Toscana, una de las regiones más verdes del país transalpino, la cuna del renacimiento se vacía de japoneses, americanos y demás turistas procedentes de todas las regiones del mundo durante los meses de invierno, hasta primavera aproximadamente.

Se suele decir que prácticamente cualquier edificio del centro Florencia sería lugar de visita obligada en otra ciudad que no posea un patrimonio cultural semejante al fiorentino. Cualquier rincón de la ciudad esconde una belleza incomparable, tanto es así, que el síndrome de Stendhal, una enfermedad psicosomática que provoca estrés tras una sobreexposición a obras de arte, proviene de esta ciudad.

En este sentido, los meses de invierno otorgan la oportunidad de disfrutar de la cúpula de Brunelleschi, las puertas del paraíso de Ghiberti, el David de Miguel Ángel o El nacimiento de Venus de Botticelli, sin esperar más de diez minutos de cola. Más allá del Ponte Vecchio, la galería de los Uffizi o el Palazzo Pitti como lugares de interés turístico conocidos a nivel mundial, Florencia esconde muchos rincones con encanto que conseguirán fascinar al viajero más curioso.

¿CÓMO LLEGAR?

Volar a Pisa es la opción más económica para visitar la capital de la Toscana ya que es la ruta que realizan las aerolíneas de bajo coste. El aeropuerto se encuentra aproximadamente a una hora, tanto en autobús como en tren, de la estación de Santa María Novella, ubicada en pleno centro de Florencia .

Asimismo, el aeropuerto de Pisa se encuentra a cinco minutos en tren del centro de la ciudad, lo que permite sacarse una foto, ya sea a la ida o a la vuelta, con la torre inclinada más famosa de Italia, que no la única.

Además, a mitad de camino entre la estación de tren de Pisa y la conocida torre, merece la pena pararse a contemplar el colorido mural pintado en 1989 por el artista norteamericano Keith Haring, uno de los mayores exponentes de la cultura 'pop'.

Ya en Florencia, es recomendable hospedarse en el casco histórico de la ciudad, en el interior de la antigua muralla. A pesar de que pueda resultar más caro, alojarse en el centro permite visitar toda la ciudad a pie, aunque el método de transporte más común en Florencia es la bicicleta, sorprende la cantidad de ellas que hay ancladas en cada poste de la ciudad.

Si dispones de poco tiempo, no te preocupes, Florencia no es una ciudad grande --400.000 habitantes aproximadamente-- y hay tiempo para todo. Si tu estancia va a ser de dos días, una buena opción es dedicar al primero a pasear por todas las calles y plazas para admirar la arquitectura renacentista, y dedicar el segundo a visitar alguno de los innumerables museos de la ciudad.

Para que un día sea perfecto es preciso hacer el esfuerzo de subir hasta el Piazzale Michelangelo, una plaza con vistas panorámicas de toda la ciudad, y donde merece la pena disfrutar del atardecer. Acompañar el momento con un helado artesanal de tu sabor favorito, hace de la experiencia algo incomparable, maravilloso.

No te olvides de prestar atención a las señales de tráfico, no solo porque debas respetar los códigos de circulación y cuidar de tu integridad, sino porque estas están diseñadas por Clet, un artista urbano cuyo estudio se puede visitar en la Via dell'Olmo 8, un lugar del que podremos llevarnos un original recuerdo, ya sea en forma de pegatina o de postal.

Florencia es la ciudad natal del escritor de la Divina Comedia, Dante Alghieri. Una estatua suya acompaña a la basílica de Santa Croce, lugar donde se encuentra el sepulcro dedicado al poeta, pero vacío debido a que sus restos reposan en Rávena, donde murió exiliado. La casa donde nació es un museo dedicado a su vida (via Dante Alighieri, 14), pero la anécdota más curiosa relacionada con Dante reside a tan solo unos pasos del hogar del escritor (via Santa Margherita), en una pequeña iglesia donde acudía a rezar y donde ahora hay una cesta donde los que sufren de amor no correspondido pueden dejar, en forma de carta, sus plegarias amorosas, tal y como hacía el más grande poeta italiano a su amada Beatrice.

Si tu estancia en Florencia coincide con el último domingo del mes, estás de suerte. No debes desaprovechar la oportunidad de visitar un mercadillo callejero al estilo del rastro de Madrid, pero más pequeño, que se monta en ese día del mes. Merece la pena visitarlo y volver a casa con un recuerdo de lo más interesante.

¿QUÉ Y DÓNDE COMER?

Recomendamos probar los platos típicos toscanos, como la 'pappa all pomodoro', el bocadillo de 'lampredotto' o las 'focaccias'. El primero de ellos consiste en un guiso 'pobre' de migas de pan en una salsa de tomate que podremos degustar en 'Alla sosta dei papi', una acogedora enoteca situada en Borgo la Croce, 81, cerca de la plaza de Sant'Amborgio, uno de los lugares más multiculturales de la ciudad y que no suele estar atiborrado de turistas.

El 'lampredotto' es casquería típica toscana, en los mercados y a lo largo de toda la ciudad se pueden encontrar puestos que ofrecen este sabroso bocadillo, una comida típica equiparable a comer un bocadillo de calamares en la plaza mayor de Madrid.

Por último, la focaccia es un pan plano tradicional de la cocina italiana. En la toscana se rellena de todo tipo de embutidos y quesos regionales acompañados con salsas artesanales. Un lugar donde acuden tanto lugareños como turistas a disfrutarlas es al Antico Vinaio, en Via dei Neri, 74.

Los amantes de la carne roja tienen la obligación de pedir una 'bistecca alla fiorentina' en la Trattoria Mario, cerca de la basílica de San Lorenzo, para probar el chuletón más famososo de toda Italia.

Si preferimos un restaurante de cocina típica italiana, recomendamos acudir a 'Il Pizzaiuolo', en la via dè Macci, 113. Aquí cualquier pizza es buena, pero la de berenjenas es más que soberbia. El plato de espaguetis ai frutti di mare también es una buena opción, sin embargo, no recomendamos pedir el surtido de entrantes típicos, el precio no va acorde a la calidad.

Otro lugar para disfrutar de una buena pizza a un precio razonable es el restaurante napolitano Gusta Pizza en via Maggio, 46R muy cerca de la plaza Santo Spirito, una de las zonas más cosmopolitas de la ciudad.

CAFÉ

El café es sagrado en Italia, la calidad suele ser óptima y su precio es extraño que exceda el euro. Eso sí, se debe evitar pedirlo en terrazas de lugares muy céntricos, ya que es probable que cuándo te traigan la cuenta te lleves un disgusto. Como alternativa, es recomendable acercarse a pedirlo a la barra, donde el precio no excederá 1,50 euros.

Como ejemplo, disfrutar de un espresso en plena Plaza de la República, en la terraza del café Paszkowski, uno de los locales más emblemáticos de Florencia, fundado en 1846 y por donde han pasado los mejores pianistas del mundo, cuesta cuatro euros. Si nos acercamos a la barra, pedimos el café, y nos lo llevamos a una de las mesas de dentro, pagaremos alrededor de 1,30 euros.

Otro lugar ideal para disfrutar de un café o un buen desayuno con buenas vistas es la cafetería de la 'Biblioteca delle Oblate' en la via dell'Oriuolo, 24. Es un antiguo convento restaurado en lugar de estudio que dispone en la azotea del edificio de una terraza con unas vistas espectaculares de la legendaria cúpula de Brunelleschi.

CURIOSIDADES

El Ponte Vecchio fue el único puente de Florencia que no fue destruido durante la Segunda Guerra Mundial. Se cuenta que lo dejaron en pie gracias a su belleza, pero los lugareños no están de acuerdo con esta teoría. Defienden que, como el resto de puentes, estaba cargado con explosivos para destruirlo pero, simplemente y debido a algún error, no explosionaron.

Además, el corredor Vasariano de Florencia es un pasillo que cruza media ciudad por las alturas partiendo del Palazzo Vecchio, atravesando la galería de los Uffici y llegando finalmente al Palazzo Pitti, donde antiguamente residía la familia Medici, que fueron monarcas de la ciudad.

Se cuenta que este pasadizo era una vía de escape para la familia real de Florencia en caso de que la ciudad fuera atacada, pero los fiorentinos defienden que lo utilizaban para no mezclarse con la plebe en una sucia y bulliciosa ciudad medieval.