Karina: "Ahora vivo con más alegría, ya no me paro en boberías"

Foto: JOSEFINA BLANCO/EP Ampliar foto

MADRID, 12 Mar. (Por Irene Díaz) -

   Tras vivir el éxito, afrontar el silencio discográfico y superar un cáncer, Karina puede decir con orgullo que ha sido una mujer afortunada. Madre de dos hijas, la cantante celebra sus cincuenta años de carrera con la feliz noticia de su alta médica.

   Le extirparon el tiroides y tras una larga lucha contra la grave enfermedad, los médicos acaban de comunicarle la noticia de que ya no tendrá que hacerse revisiones más que cada dos años. Feliz, a sus sesenta y cinco años prepara una nueva gira de conciertos por España.

   Su vida es ahora mucho más tranquila, dedica todo su tiempo libre a su nieto Iker y para mantenerse en forma hace dieta, un poco de ejercicio y sale siempre que puede a caminar.

- ¿Qué balance haces de estos cincuenta años de carrera?
- He vivido un poco de todo, esta es una carrera de altos y bajos, ha habido momentos inolvidables en los que casi he tocado el cielo y otros momentos muy duros y oscuros que he afrontado lo mejor que he sabido.

- ¿Qué dirías que ha sido lo más duro a lo que te has enfrentado en la vida?
- Lo más duro fue ver que mi contrato con la casa de discos se terminaba y no me lo renovaban, tenía tan sólo treinta años y la búsqueda de un nuevo sello discográfico para seguir grabando fue muy dura. No hay nada que me guste más que el trabajo en estudio, me gusta mucho más que actuar en público.

- ¿Lo mejor?
- Que toqué la gloria muy joven, los primeros años fueron los más bonitos. No tuve una adolescencia al uso y disfruté de una juventud completamente volcada en mi carrera. Empecé a triunfar con diecinueve y con veinticuatro ya estaba en Eurovisión. Fueron diez años muy intensos.

- ¿Cómo es ahora la vida de Karina?
- Bastante tranquila dentro de los tiempos que corren, me he vuelto muy casera y salgo poco. Soy abuela y eso quieras que no me ha ayudado a ver la vida desde otra perspectiva. Me ronda en la cabeza la idea de una retirada pero quiero hacerlo bien, me gustaría poder despedirme dando las gracias a todo ese cariño que siempre he recibido.

- ¿Notas que la gente te quiere?
- Mucho, el público me ha perdonado todos mis tropezones. Me conocen casi más ellos que yo misma, gracias al público he podido vivir durante estos cincuenta años de mi garganta. Me animan a seguir cantando y me siguen allí donde voy.

- ¿Cambiarías algo de tu vida?
- Sí, claro que sí, me ha faltado estabilidad profesional y sentimental, he tropezado muchas veces con el corazón.

- Por eso no creo que tengas que pedir perdón...
- No, cada vez que me he enamorado en mi mente siempre ha estado la idea de formar una familia estable pero las cosas no son siempre como se esperan.

- No has vuelto a rehacer tu vida...
- No, llevo sola mucho tiempo pero no me siento sola, tengo muy cerca de mi a mis dos hijas y una relación inmejorable con mi ex marido Carlos, el padre de Azahara.

- Todavía puede aparecer alguien...
- No, ya no, llega un momento en el que entra pereza, no me veo empezando de cero con alguien. Estoy muy bien así, me he acomodado a esta situación, no sé si será malo o bueno pero así me siento muy bien.

- ¿Cual de todos los hombres que han pasado por tu vida te ha marcado más?
- Tengo un cariño especial a Tony Luz, él fue mi primer amor y tras él Carlos Manuel, el padre de Azahara, él me marco especialmente, a su lado fui madre por primera vez y conservo grandes recuerdos de nuestra gira por América.

- Háblame de tu nieto Iker...
- Qué puedo decir yo, que es un niño maravilloso. Lo veo poquito porque viven en Castellón pero una vez al mes lo tengo conmigo, las pasadas Navidades estuvimos juntos viendo la cabalgata. Es un niño muy cariñoso y muy alegre. Es un cariño muy distinto, verle jugar y correr me recuerda a cuando mis hijas eran pequeñas, lo que lamento es no tener la misma fuerza física que tenía entonces para correr detrás de él y cogerlo en brazos. El tiempo pasa muy rápidamente, son ya sesenta y cinco años los que tengo y estoy bien de salud pero ya no puedo ir al mismo ritmo que antes.

- ¿Te hubiera gustado que alguna de tus hijas siguiera tus pasos?
- No, es un mundo demasiado inestable, si les hubiese gustado las hubiera apoyado pero me hubiera preocupado mucho por ellas. Azahara es azafata de vuelo y Rocío enfermera, las veo felices y fuertes en sus decisiones y eso me llena de orgullo.

- ¿Cuál de las dos se parece más a ti?

- No sabría que decir, las dos tiene mi aire, quizá Rocío es la que más se parece a mi.

 

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