SAN LORENZO DE EL ESCORIAL, 20 Jul. (EUROPA PRESS) -
El actor Manuel Alexandre destacó este lunes que la industria cinematográfica iría "mucho mejor" si se contara con actores de la talla de Fernando Fernán Gómez. No obstante, su mujer y actriz, Emma Cohen consideró que actualmente el cine español está en la media del cine europeo.
En un encuentro con los periodistas antes de participar en los cursos de verano de San Lorenzo de El Escorial, Alexandre y Cohen junto con el también actor José Sacristán, rindieron tributo a "su amigo" y "amor" Fernán Gómez, fallecido hace dos años tras sufrir una insuficiencia cardiorrespiratoria.
Un personaje que, según dijo Sacristán, resulta "temerario" definirlo en una sola palabra ya que ha sido "una figura imprescindible en todas las disciplinas en las que ha trabajado".
En este sentido, Sacristán reiteró lo afirmado por Alexandre y subrayó que en la actualidad "siempre son imprescindibles" figuras de esta naturaleza. No obstante, a su juicio, las actuales interpretaciones cinematográficas están "más cercanas" a la "verdad" que en la España de Fernán Gómez, en donde las actuaciones "eran muy poco creíbles".
Dicho esto, Sacristán se alegró de que "nunca nadie" haya "regateado" a la hora de rendir un homenaje al actor porque, indicó, "ante él no cabía la impostura".
Emma Cohen, casada en el año 2000 con el popular actor, explicó que en la época en la que Fernán Gómez comenzó a interesarse por la interpretación "no pudo elegir nunca" qué papel escoger porque lo importante era conseguir dinero. Algo parecido, sugirió, a lo que pasa en la actualidad en donde se suele hacer "lo que en cada momento te proponen".
Fernán Gómez se puso en la piel de casi 200 personajes, un trabajo que, según relató Alexandre, "marca la vida de cualquier actor". En este sentido, Alexandre, Goya de Honor en el año 2003, reconoció que gracias al histórico actor español, él comenzó a interesarse por el mundo de la interpretación.
"Nunca he conocido un ser humano más bueno y más tierno que él", apostilló para pasar la palabra a Cohen quien lo calificó de "bueno, inteligente, enemigo de los chismes, autodidacta y anarquista solidario".
