MADRID, 27 Nov. (CHANCE) -
Este fin de semana ha sido el más duro para Anabel Pantoja. El miércoles por la noche recibía una llamada que, sin esperarlo, presagiaba lo peor. Cogía un AVE hasta Sevilla y se iba directa al Hospital Universitario Virgen del Rocío para despedirse de su padre, Bernardo Pantoja, que llevaba desde el 31 de agosto ingresado debido a una infección.
Desde entonces han sido muchas las informaciones que han trascendido sobre la familia, pero lo cierto es que Anabel ha contado con el apoyo de sus amigos más cercanos y de su madre, Mercedes Bernal, que no se ha separado ni un solo momento de su lado. Además, podíamos ver como Yulen Pereira llegaba el viernes por la noche y le acompañaba tras estar toda la noche velando a su padre.
Este sábado se celebraba en el Tanatorio de Alcalá de Guadaíra la incineración de Bernardo y una misa, sin duda el momento más duro para su hija y los familiares que lloraban su muerte. Tras tres días sin poder descansar, Anabel abandonaba el tanatorio con las cenizas de su padre cogidas en sus brazos sin querer soltar.
Por el contrario, Junco salía de las instalaciones acompañada por un amigo, también con su parte de las cenizas en una bolsa. Muy cabizbaja y sin ganas de hacer declaraciones, aseguraba que todo estaba bien y agradecía a toda la prensa el apoyo que le han mostrado durante estos días tan dolorosos.
Era el periodista José Antonio León, quien confirmaba el pasado viernes que Anabel y Junco habían llegado al acuerdo de repartirse las cenizas de su padre. Minutos más tarde, la colaboradora de televisión llegaba a casa de su madre, en el coche de su amigo Antonio Abad, junto con Mercedes y Yulen.
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