LOS ÁNGELES, 28 Feb. (EUROPA PRESS) -
La actriz de 'El diablo viste de Prada' nunca pensó en conseguir su sueño de ser actriz, sino que más bien vislumbraba un futuro trabajando de camarera para poder pagarse los estudios. Pero ahora que ha conseguido poder vivir de la actuación, afirma que ya no es capaz de imaginar una vida distinta.
Aunque desde pequeña la vida de Anne estuvo ligada a la actuación, tanto en el instituto como más adelante en la universidad, ella nunca pensó que llegaría a triunfar. De hecho, más bien se veía a sí misma sirviendo mesas para cubrir los costes de la universidad.
"Estoy alucinada. Pensé que iba a estar trabajando de camarera para poder devolver los préstamos del coste de mis estudios", ha declarado. Pero su destino era bien distinto, y en estos momentos se encuentra paseándose por alfombras rojas y presentando 'Alicia en el país de las maravillas', su última película.
"Ahora mismo, me siento como si estuviera en una increíble escuela de actuación", ha contado Anne en una entrevista con la revista 'Look'. "Pude aprender drama al lado de Meryl Streep, ahora aprendo comedia con Steve Carell. Es una locura".
Y aunque su carrera como actriz la ha llevado al éxito, ella admite que aunque no le fuera bien continuaría haciendo lo que más le gusta. "Actuar es realmente lo único que me interesa. Incluso si tuviera que hacerlo en el teatro de una parroquia, lo disfrutaría igual".
Tanto le gusta su trabajo, que no le importa subir o bajar de peso para adecuarse a su papel: "La cuestión es que soy actriz, así que debo engordar o adelgazar en función de mi trabajo. Para 'Guerra de novias' perdí peso yendo al gimnasio y vigilando lo que comía; y para 'La boda de Rachel' gané 4 kilos y medio a base de bollos".
