MADRID, 28 Jun. (CHANCE) -
Aparenta llevar la ruptura con normalidad, pero Calvin Harris nos tiene un tanto desconcertados con sus comentarios en redes y las confesiones a su entorno más cercano. En un giro inesperado, el DJ volvía a seguir la cuenta de Instagram de Taylor Swift, su ex novia, decisión que tomó, según relataba él a los seguidores de la cantante, porque "puedo hacer lo que quiera hacer". Una contestación que desentona con el tono cortés y medido del que ha hecho siempre gala en las redes sociales.
Un tuit posterior revelaba quién había sido el encargado de dar el paso de la ruptura: "Hermano, yo no dejé a nadie y ella para nada está triste. Está todo bien". Pocas palabras pueden ser más explícitas y demostrar, al mismo tiempo, un poso tan grande de resentimiento. No es fácil asimilar el final de un amor, mucho menos hacerlo ante el escrutinio de la opinión pública internacional y que, a los dos semanas, tu enamorada esté en los brazos de uno de los hombres más deseados del mundo, Tom Hiddleston.
Hace pocas horas, el modelo de Emporio Armani tenía un leve incidente con su Ranger Rover a la salida del gimnasio, donde se apostaban los paparazzi esperando su salida. El músico se despistó y dejó la puerta de detrás del piloto abierta, dañándola cuando dio marcha atrás. Aunque al principio Harris se encaró con los cámaras y les responsabilizó del incidente, el autor de This Is What You Came For se disculpaba minutos más tarde en las redes sociales.
El entorno más cercano al escocés de 32 años confirma esta teoría, al subrayar lo "desconcertado" que le ha dejado la rapidez con la que Swift ha conocido a los padres del intérprete de 35 años, residentes en Suffolk (Inglaterra). "Calvin quería que Taylor conociera a sus padres, que viven en Reino Unido, pero ella siempre le decía que estaban muy lejos", comentaba una fuente cercana al músico. Una muestra más de que los acontecimientos se está precipitando e inevitablemente para Calvin no debe estar siendo fácil de asimilar.
