MADRID, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -
La boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva se ha convertido en el asunto central de la crónica rosa desde que el pasado enero anunciaron su compromiso matrimonial. No hay día que no comentemos las novedades en los preparativos del que promete convertirse en el 'sí quiero' del año, aunque no son pocos los rostros conocidos que reconocen que empiezan a estar cansados de hablar de este tema.
Una de ellas, Ana Rosa Quintana, que no ha dudado en confesar que la espera se le está haciendo un poquito larga y está deseando que llegue por fin el 8 de julio, día fijado para el enlace de la marquesa. Y otra Carmen Lomana, que siempre sincera y divertida, ha admitido en más de una ocasión que es un asunto que le "aburre" soberanamente.
Sin embargo, y aprovechando su presencia en el 60 cumpleaños de su amiga Alaska, hemos aprovechado la ocasión para preguntarle una vez más por la boda de Tamara, que confiesa con ironía "es mi debilidad". Por ello, no ha dudado en fantasear con la posibilidad de que la marquesa la invite a última hora aunque, después de lo que la ha criticado, bromea con que aunque "me lo merezco Tamara querida por todo lo que he hablado de tí", no iría porque "igual me dan arsénico en la leche".
Sobre su ingreso en la clínica Buchinger para someterse a una terapia de ayuno y estar espectacular en su gran día, Carmen está convencida de que "lo estará disfrutando". "Ya me gustaría a mí" reconoce entre risas.
La última polémica que rodea a los novios, la filtración del teléfono de Íñigo en un chat de hostelería. Algo que la colaboradora asegura que "creo que lo ha soltado él a ver si le llaman por si acaso".
Sus declaraciones, y el secreto de su eterna juventud, ¡en el siguiente vídeo!
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