MADRID, 2 Mar. (CHANCE) -
Tras su agrio enfrentamiento con Ágatha Ruiz de la Prada, Carmen Lomana ha retomado su ajetrada vida social asistiendo a la presentación de la nueva novela de Rafael Tarradas Bultó, 'La voz de los valientes'. Con una sonrisa que ni las demoledoras declaraciones de la diseñadora en el 'Deluxe' - donde aseguró que está obsesionada con ella - han sido capaces de borrar, ha avivado la guerra que libran desde hace semanas tirando de ironía cuando le hemos preguntado por su 'archienemiga': "Ay no, por favor, ese nombre No sé quién es, me suena pero".
"Yo le daría arsénico con leche a alguien para desayunar, pero no quiero guerras" ha añadido, asegurando que no enseñará los mensajes de Ágatha que tiene en su teléfono porque - nuevo dardo - "eso es lo más bajuno que puede hacer alguien". "Yo no fumo la pipa de la paz, fumo la del olvido. Procuro ser feliz aunque bastantes disgustos me dan. Hay gente que incordia" ha asegurado, respondiendo con risas y un "pon tu imaginación a trabajar" si lo dice por la diseñadora.
No es el único frente abierto para Carmen, que ha sido criticada por sus declaraciones afirmando que Tamara Falcó tiene los 'dedos gordos' y no le favorece el anillo de compromiso que le ha regalado Íñigo Onieva. Un comentario que confiesa "no recordar" pero del que parece no arrepentirse porque, como puntualiza, "no sé si tiene los dedos gordos porque no se los he visto pero el anillo le queda un poco pequeño. Digo unas tonterías..."
Y de la hija de Isabel Preysler a su prometido, de quien asegura que "ha pasado de rufián a monaguillo" tras sus últimas imágenes acompañando a Tamara a misa: "La iglesia une mucho, me parece ideal". ¡Dale al play y no te pierdas sus declaraciones!
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