MADRID, 9 Mar. (CHANCE) -
Rocío Carrasco ha vivido este martes una de las noches más especiales de su vida con la celebración del concierto solidario 'Mujeres cantan a Rocío Jurado', un multitudinario homenaje a su madre en el Día Internacional de la Mujer que ha contado con la presencia de voces tan importantes de nuestro país como Edurne, Pastora Soler, Ruth Lorenzo, Lorena Gómez, Rigoberta Bandini o Ana Guerra y cuyos beneficios ha destinado a las víctimas de violencia de género de la Fundación Ana Bella.
Un acto en el que la emoción estuvo a flor de piel en todo momento y en el que, como no podía ser de otra manera, Rocío contó con el apoyo de grandes amigas como Carlota Corredera, Terelu Campos o Carmen Borrego, pero en el que no vimos a Fidel Albiac.
En la misma línea que ha mantenido desde que comenzó su relación con la hija de Rocío Jurado, el sevillano ha intentado pasar desapercibido y ha preferido quedarse entre bambalinas, pendiente de que todo saliese a la perfección en la gran noche de su mujer.
Así, sin separarse de su teléfono móvil para controlarlo todo y con un elegante traje negro, Fidel fue el encargado de organizar la llegada de invitados por una de las puertas laterales del Wizink Center, alejado de los focos y evitando acaparar un protagonismo que nunca le ha gustado.
Se trata de las primeras imágenes de Fidel desde que Gloria Camila primero, y Rocío Flores poco después, le acusaron de ser el "maestro" de Rocío Carrasco y de haber sido quien forzó que Ortega Cano y sus hijos - a los que presuntamente se dirigía como los "inmigrantes" - a abandonar la casa de La Moraleja tras la muerte de Rocío Jurado.
"Fidel Albiac del Pino es un ser de luz y tiene de todo menos luz. Si yo contase mis vivencias se caía España" aseguraba hace unas semanas la hija de Antonio David, dejando clara su opinión sobre el marido de su madre, a quien muchos consideran uno de los grandes culpables de que Rocío no tenga ningún tipo de relación con su familia.
Unas acusaciones a las que Fidel, siempre al lado de su mujer pero en un discreto segundo plano, prefiere hacer oídos sordos. Su discreta reaparición, en el siguiente vídeo.
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