MADRID, 17 Dic. (EUROPA PRESS) -
Cuando era niña, Eva Mendes soñaba con llevar una vida de convento, devota y dedicada en cuerpo y alma a la iglesia católica, pero su deseo infantil se vio frustrado cuando la artista, de raíces cubanas, descubrió que metiéndose a monja no podría cumplir la promesa que le había hecho a su madre de comprarle una casa.
La actriz ha querido toda su vida formar parte de un convento y llevar una vida al servicio del catolicismo, pero su mente cambió desde el momento en el que se enteró de que las monjas no cobraban dinero.
"Nosotros no crecimos en una familia de mucho dinero", explicó Eva, "así que siempre le decía a mi madre: 'Mami, cuando sea mayor te compraré una casa enorme y un coche". "Hasta que un día vino mi hermana y me dijo: '¿Cómo vas a comprarle a mamá todas esas cosas?. Tú quieres ser monja y las monjas no cobran dinero", continuó diciendo la artista.
A partir de ese momento, su sueño se esfumó. Después, como todos conocemos, Eva se convirtió en una gran actriz y gracias a todo ese éxito y toda esa fama, ella misma recuerda como "un momento muy emocionante" cuando pudo hacer realidad su promesa. En el año 2002, Mendes le compró una casa a su madre.
