Íñigo Onieva, relajado y con flores, desvela cómo fue su última cena con la familia Preysler antes de su boda

   MADRID, 6 Jul. (CHANCE) -

  Mientras Tamara Falcó se refugia en la casa de su madre en plena cuenta atrás para su boda, Íñigo Onieva continúa volcado en los últimos preparativos pendientes para el día más feliz de sus vidas. Esta mañana el empresario ha sido de lo más madrugador y a su regreso a casa, tras conversar durante varios minutos con un amigo al que se ha encontrado casualmente en la calle, hemos tenido la ocasión de preguntarle por la cena familiar que celebraron ayer en la mansión de Isabel Preysler para despedirse de su soltería.

   Una celebración íntima en la que estuvieron presentes, además de la marquesa de Griñón y su madre, Ana Boyer, Fernando Verdasco y Julio José Iglesias -que llegó ayer a Madrid procedente de Miami para asistir a la boda de su hermana- el flamante novio, que evitaba hacer declaraciones tanto a su llegada como a su salida, después de varias horas disfrutando por última vez antes de su boda de la familia Preysler.

   Esta mañana, sin embargo, Íñigo se ha mostrado de lo más relajado y con una ligera sonrisa ha revelado que la cena fue "muy bien". Con un ramo de flores rojas en la mano, que desconocemos si serán para sorprender a Tamara a 48 horas de su enlace, el empresario ha dejado en el aire si están nerviosos por lo inminente del gran día.

   Onieva también ha dado la callada por respuesta a las críticas de Alessandro Lequio, que considera de muy mal gusto por parte de su familia que no hayan mostrado públicamente su apoyo a los joyeros de 'Del Paramo Vintage' tras el robo de joyas valoradas en 2 millones de euros y que, se especula -una vez desmentido que fuesen un préstamo para Carolina Molas- que podrían estar destinadas a varias invitadas de su parte. Un tema sobre el que el ingeniero continúa guardando silencio ya que no quiere que este suceso que nada tiene que ver con él y con Tamara enturbie su boda.