MADRID, 13 Jul. (EUROPA PRESS) -
Tras debatirse entre la vida y la muerte, José Ortega Cano ya se encuentra en su casa de Yerbabuena después de haber sido dado de alta esta semana. Pero lejos de llegar la tranquilidad a la familia Ortega, siguen sucediéndose las voces críticas con el viudo de Rocío Jurado.
Según las pruebas médicas, Ortega Cano conducía en el momento del accidente que causó la muerte a Carlos Parra, con 1,26 gramos de alcohol etílico por litro de sangre, cuando la tasa máxima permitida es de 0,50.
Sin embargo, sus familiares ya se han apresurado a declarar que el diestro se responsabilizará de sus acciones. Su sobrino, Paco Ortega ha comentado que "la responsabilidad que tenga la va a asumir como ha hecho toda su vida". Y reclacó que lo hará "con mucha dignidad y afrontando las cosas como vienen".
"Mi tío es una persona con una sensibilidad y una calidad humana fuera de lo normal. Lo único que pedirá es que haya justicia y la mayor transparencia posible", aseguró Paco. "El más afectado de todo esto es mi tío", afirmó.
COMIENZA LA REHABILITACIÓN
Ajeno a las habladurías, Ortega Cano continúa con su rehabilitación que, según su fisioterapeuta, Ángel Díaz, "va poquito a poco pero ya empieza a hacer movilidad articular por él solo".
La actitud del diestro ante su recuperación es muy positiva y según Díaz esperan que no exista ninguna secuela en el futuro. "Yo espero que no y si Dios quiere vamos a intentar que sea lo menor posible".
No obstante, el sobrino de Ortega Cano asegura que su tío no pasa por su mejor momento anímico. "El ánimo lo tiene todavía muy fastidiado".
Por otro lado, a través de su fisioterapeuta, Ortega Cano ha querido dar las gracias a todos los que esperan a las puertas de su casa, para conocer su evolución. "Estais aquí permanentemente y os lo agradece", señaló Díaz.
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