MADRID, 7 Dic. (EUROPA PRESS) -
Lo que une a las Destiny Child que no separe el hombre. Al más puro estilo 'Mary Poppins', Kelly Rowland quiere ejercer su deber de "tía". El bebé de Beyoncé va a ser acunado a dos voces perfectamente afinadas, la de su madre y la de la ex compañera musical de su madre.
Y es que Kelly Rowland no puede esperar a ver al futuro bebé de Beyoncé, que nacerá este mes. Hacer de niñera para su amiga es algo por lo que la cantante se muere de ganas. A pesar de que sus carreras profesionales se separasen, Kelly mantiene una muy buena relación con Beyoncé y por eso es una más en la familia.
Aunque Kelly aún no está preparada para ser madre, planea practicar con el pequeño bebé de su amiga. Ser tía de honor es un placer para Kelly, quien ha reconocido, según 'Showbiz Spy', que el nacimiento natural de un bebé le "da miedo".
"Yo quiero tener hijos algún día, pero cada vez que pienso que una persona va a crecer dentro de mí haciéndose más y más grande, para luego tener que salir... ¡me vuelvo loca!", admite.
En una entrevista concertada por la edición británica de 'Marie Claire', Kelly se mostró cercana y segura en sus palabras sobre cómo planea ser una pieza fundamental en la vida del bebé de su amiga: "No voy a cambiar un pañal o dos y luego darle la espalda".
Además, Kelly es gran fan de su cuerpo. Muchos son los que elogian su tonificada figura. Pero para conseguirla, la cantante ha confesado que entrena mucho y muy duro cada día y que además nunca come después de las siete de la tarde, a pesar de que sus amigos la culpen de que jamás salga a cenar con ellos.
Parece que aunque Kelly luche por mantener su figura y se sienta aterrada con todo lo relacionado con el embarazo, va a poder disfrutar de las primeras experiencias como madre, junto a su buena amiga Beyoncé.
