MADRID, 15 May. (EUROPA PRESS) -
El affaire entre Kylie Jenner y Travis Scott se ha afianzado en las últimas semanas y el entorno de ambos señala que lo suyo no es romance pasajero. La celebridad y el rapero se han vuelto inseparables desde el Festival de Coachella y se habla de un posible compromiso en el futuro más inmediato. Fuentes cercanas a la hija de Kris Jenner afirman que los tortolitos han pasado mucho tiempo en Houston, ciudad de la que es originario el músico, donde se les vio el pasado jueves en una fiesta tras el encuentro de baloncesto de los Rockets.
Asimismo, se ha sabido que la hermana de Kendall habría conocido a la familia del rapero de 27 años. Ambos han sabido aprovechar al máximo el tiempo libre del que disfrutan y habrían celebrado el cumpleaños de Travis en Nueva York, además de unos días de vacaciones en Miami y en Los Ángeles.
Desde entonces, la joven empresaria y el productor musical no han protagonizado ningún desencuentro, todo parecen "buenas vibraciones", añadió un informador. La relación va viento en popa a toda vela, todo lo contrario a la vivida junto a Tyga desde 2014, repleta de idas y venidas, y que la pequeña del clan televisivo dio por finiquitada el pasado mes de marzo.
Pero en todas las historias hay una cara B y no todo es felicidad, sobre todo para Travis, que era arrestado hace unas horas después del concierto que dio en Roger (Arkansas). Según US Weekly, el compositor fue detenido por los agentes después de dejar el escenario del Pabellón Walm
Art, acusado de incitar al tumulto. De acuerdo con los informes policiales, el joven de 25 años animó a la gente a correr por el escenario y a saltarse los protocolos de seguridad, provocando heridas que varias personas terminaran heridas, incluido un guardia de seguridad y un agente oficial. Los afectados fueron atendidos por el Departamento de Bomberos de la ciudad y por los servicios de urgencias, mientras Tyga era conducido a la oficina del sheriff en Benton.
