LOS ANGELES, 24 Ago. (EUROPA PRESS) -
Lindsay Lohan está que trina después de enterarse de que los médicos del centro, donde está pasando sus días de rehabilitación, han confirmado que su diagnóstico está equivocado y que no sufre problemas psicológicos ni tampoco es adicta a las drogas. Así que ahora lo que quiere la actriz es que los juzgados de California se disculpen ante ella.
Los médicos del UCLA Medical Center, donde Lindsay está cumpliendo sus 90 días de rehabilitación como parte de la condena por violar su libertad condicional, han descubierto que el diagnóstico de la artista, que decía que Lohan padecía el síndrome de déficit de atención, está equivocado.
Además, la protagonista de 'Chicas Malas' tampoco tiene bipolaridad ni es adicta a las drogas como se dijo en un principio. Por esto mismo, la actriz, de 24 años, siente que su condena ha sido totalmente injusta y quiere que, por lo menos, se disculpen con ella.
Y más vale que se conforme con el perdón porque "ningún juez o fiscal podría ser demandado por estas circunstancias, ellos tienen una inmunidad absoluta", explicó Steve Cron, abogado defensor. "La jueza Revel formuló su opinión sobre Lindsay basada en la información que tenía hasta el momento", añadió.
"La jueza podría estar insatisfecha con el informe del UCLA y pedir segundas opiniones o insistir en internar a Lindsay en otros centros", terminó diciendo el abogado. Además, según han publicado en 'TMZ', los médicos que están a cargo del tratamiento de la actriz creen que Marsha Revel, quien condenó a Lindsay a 90 días de prisión y otros 90 de rehabilitación, exageró desproporcionadamente en su sentencia.
De hecho, a principios de este mes, saltaba la noticia de que la jueza, de forma voluntaria, abandonaba el caso y era reemplazada por Elden Fox. Finalmente, Lindsay sólo ha pasado 13 días entre rejas y también se espera que no complete su estancia en rehabilitación.
