MADRID, 7 Mar. (CHANCE) -
Lucía Bosé ha vuelto esta mañana a la Audiencia Provincial de Madrid por la demanda de supuesta apropiación indebida de un dibujo que Pablo Picasso regaló a Remedios, la empleada del hogar de la actriz, y que Lucía vendió por 198.697 euros tras la muerte de esta, enfrentándose ahora a sus sobrinas, la legitimas herederas.
Después de que esta mañana declarasen tanto Lucía como las sobrinas de Remedio, hoy a las cuatro de la tarde le ha tocado el turno a Miguel Bosé, quien sería un testigo fundamental en el caso.
El cantante ha intervenido a través de videoconferencia, sorprendiendo a todos con su estrategia. La jueza ha avisado a Miguel de que podía acogerse a su derecho de no declarar en contra de su madre y es precisamente lo que ha hecho el artista, amparado por la ley.
La intervención ha sido de lo más fugaz y Bosé ha añadido pocas palabras más a parte de "gracias" y "buenas tardes", sin embargo se le seguía notando tan afónico como en sus últimas apariciones públicas que hacían preocupar por su estado de salud.
Ha sorprendido la estrategia del cantante ya que su madre ha declarado que Remedios le regaló el dibujo delante de el pintor y su hijo Miguel, siendo este el único testigo vivo, sin embargo Miguel ha preferido no confirmar esta versión y no apoyar a su madre que se enfrenta a la petición de la Fiscalía de una pena de dos años de prisión y una multa de ocho meses con una cuota diaria de 20 euros, además de la indemnización pertinente para la persona perjudicada.
