MADRID, 10 Feb. (CHANCE) -
Norma Duval es de esos personajes públicos de los que nunca nos cansaríamos de hablar. La plena definición de diva, la elegancia personificada... y la simpatía que echamos en falta en esta profesión que tantos cambios ha sufrido estos últimos años. La vedette pertenece a una generación de personajes que vivieron los años más gloriosos de la crónica social y eso les puso en bandeja coronarse en este tipo de prensa que ha sido testigos de tantos momentos personales.
Especialmente, este 10 de febrero sería el aniversario de boda de Norma con el jugador de baloncesto, Marc Ostarcevic, una de las parejas más buscadas por los medios de comunicación por su elegancia y belleza. Allá donde iban levantaban envidias porque juntos formaban el tándem perfecto de los noventa.
Fue en 1983 cuando ambos se conocieron, un flechazo total que acabó con el 'Sí, quiero' en 1992. Un matrimonio que ahogó su pasión y que exprimió al máximo los buenos momentos, tanto es así que fruto de ese vínculo nacieron Marc Iván (1984), Yelko (1986) y Christian (1994). Eso sí, como diría la Jurado, el invierno llegó a su amor y el 25 de febrero de 2003 ambos ponían fin a su matrimonio.
Una fecha la de hoy que muchos recordarán por llevarse a cabo una de las bodas más importantes del 92, de la que más se habló. Sin embargo, y al contrario que la vedette que siempre se mostró discreta en cuanto a las razones por las que habían decidido divorciarse, Marc Ostarcevic no dudó en airear por diferentes platós de televisión los motivos y las diferencias que habían pasado factura a los dos tortolitos.
Tras el paso del tiempo, Mar se convirtió en una cara conocida en los programas de televisión, realities o revistas, donde se explayaba hablando de sus intimidades y de las diferentes relaciones sentimentales que mantuvo después de su matrimonio con Norma. Un paso por la prensa del corazón que le afectó hasta el punto de no tener relación con ninguno de sus hijos, salvo con Yelko.
Ahora, Norma Duval -que ha pasado por uno de los momentos más complicados de su vida tras la muerte de su madre- sigue con esa sonrisa que tanto nos gusta, presidiendo eventos como de costumbre y mostrando su mejor cara a esos medios de comunicación que han sido testigos de su vida. Marc, por el contrario, vive tranquilo en su Croacia natal, alejado de la polémica que siempre le rodeaba cuando residía en España.
