MADRID, 16 Feb. (CHANCE) -
Han pasado tres años desde que publicó su último disco Terral, un tiempo que Pablo Alborán ha necesitado para bajarse de la nube de éxito en la que se subió en 2011 y de la que no podía bajar.
Hace unos meses regresó con su cuarto disco de estudio, fruto de dos años de reflexión en los que ha disfrutado de pequeños placeres de la vida como pasear por la orilla del mar, disfrutar de los juegos con sus sobrinos y estar con los suyos en su casa de Málaga y ahora se prepara para una gira de conciertos que le llevará por las principales ciudades del mundo y de Latinoamérica.
El éxito descomunal que le llegó hace siete años le hizo perder el rumbo, así que necesitó volver a sus raíces, parar para tomar un impulso que se llama Prometo y que nos trae a un cantante más renovado que nunca y con muchas ganas de música. Así lo manifestó en la rueda de prensa que concedió en Madrid donde nos confesó qué había pasado con su característico lunar y qué había pasado con San Valentín: "En San Valentín me hinché de chocolate. ¡Qué viva la celebración del amor! Felicidades a todas las parejas. Y con respecto al lunar, yo también lo echo de menos".
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