MADRID, 31 May. (CHANCE) -
Robin Wright y Sean Penn están juntos, pero no revueltos. El exmatrimonio fue captado por las cámaras a su llegada al aeropuerto JFK de Nueva York el martes, 30 de mayo, y también cuando se dirigieron juntos al mismo coche. Sin embargo, este encuentro de la pareja que compartió 14 años de su vida no tendría nada que ver con una segunda oportunidad o una reconciliación, sino con su hijo Hopper, al que habrían decidido hacer una visita.
El joven de 24 años, que inició su carrera como modelo hace dos junto a su hermana Dylan, confesó el pasado mes de marzo haberse sometido a rehabilitación después de tontear durante un tiempo con las drogas. "Estaba bastante mal. Me pillaron haciendo cosas, pero fue la metanfetamina lo que me destrozó", aseguró a ES Magazine. Un camino de destrucción en el que tuvo mucho que ver la separación de sus padres y que logró superar gracias al ultimátum que recibió de su progenitor: "¿Rehabilitación o un banco de autobús?".
Una advertencias que tuvieron una respuesta positiva y Hopper, que ha heredado las facciones y los ojos de su oscarizado padre, se encuentra entre ahora mismo entre los jóvenes actores con mayor potencial en Hollywood. Acaba de estrenar War Machine junto a Brad Pitt y también ha compartido pantalla al lado de Javier Bardem y de Charlize Theron en The Last Face (Diré tu nombre).
Esta visita coincide con el estreno esta madrugada (hora española) de la quinta temporada de House of Cards, serie que protagoniza Robin y cuya emisión ha estado salpicada por las quejas de la actriz sobre su salario. Hace apenas dos semanas, la intérprete de Claire Underwood, personaje que le supuso su primer Globo de Oro en 2014, acusó a la plataforma Netflix de mentirle al asegurar que su sueldo era el mismo que el de su compañero protagonista, Kevin Spacey.
