Tamara Falcó acompaña a Íñigo Onieva a votar en medio de intensos rumores de embarazo a los que ya han reaccionado

   MADRID, 11 Jun. (CHANCE) -

   Inmersos en intensos rumores de embarazo a raíz de la última publicación en redes sociales de Tamara Falcó, un selfie frente al espejo de un ascensor en el que Íñigo Onieva posa sus manos con ternura en el vientre de su mujer mientras le da un cariñoso beso en la cabeza, los marqueses de Griñón continúan con su día a día ajenos a las especulaciones sobre su futura paternidad 11 meses después de darse el 'sí quiero' en el palacio El Rincón.

  Tras celebrar por todo lo alto -con una barbacoa con amigos en su ático en Puerta de Hierro el viernes, y con una cena íntima en 'Casa Salesas' el sábado- el 35º cumpleaños del empresario, la pareja reaparecía el domingo para ejercer su derecho a voto en las Elecciones Europeas.

  Y cuál ha sido nuestra sorpresa al descubrir que Íñigo todavía no está empadronado en el domicilio conyugal -propiedad de Tamara- sino que a efectos oficiales sigue residiendo en la casa de su madre, Carolina Molas, en La Moraleja, hasta donde se acercó a votar acompañado por su mujer, con la que vive en una permanente luna de miel.

  Mientras la hija de Isabel Preysler esperaba en el interior de su coche mirando atentamente su móvil, Íñigo acudía a las urnas de un colegio electoral cercado a su residencia familiar haciendo oídos sordos a las críticas que ha recibido su nuevo restaurante en las últimas semanas.

   Consciente de que su posible embarazo está en boca de todos, Tamara ha roto su silencio y ha desmentido su futura maternidad en conversación con Beatriz Cortázar, como la periodista ha contado en 'El programa de Federico' en EsRadio.

   A punto de cumplir su primer aniversario de casados, la marquesa nunca ha ocultado sus deseos de tener un hijo con Íñigo. Ha sido ella misma quién ha revelado que se está sometiendo a un tratamiento de fertilidad natural basado en la naprotecnología para cumplir su sueño de ser madre, pero también ha asegurado que no tiene prisa por lograrlo, dejando en manos de Dios y de su fé la llegada de un nuevo miembro a su familia.