MADRID, 29 Nov. (CHANCE) -
Tamara Falcó no para. Si hay algo que haya heredado de Isabel Preysler es el carácter sumamente social que tiene con todo aquel que conoce y es que menos en casa, la socialité está en cualquier sitio haciendo vida social. En este momento, la colaboradora de televisión está viviendo en una ilusión que la lleva al mismísimo cielo y es que desde que se hiciera público su noviazgo con Iñigo Onieva, la sonrisa no se le ha borrado del rostro.
En la noche del sábado, Tamara Falcó salió a cenar con una amiga y se mostró de lo más feliz posible. Una noche llena de confidencias y anécdotas en la que seguro le contó a esta íntima suya todo tipo de detalles de Iñigo Onieva. Lo que más nos llamó la atención es el look tan veraniego que lució, ya que con el frío que hace en la capital y más cuando cae el sol, no esperábamos que la futura Marquesa optase por sandalias abiertas, vestido de manga corta y chaqueta en mano como si del mes de mayo se tratase.
A la salida del restaurante, Tamara Falcó no puede evitar sonreír a las cámaras de la prensa. Sin querer responder a las preguntas del reportero en el que se le cuestiona su mal comportamiento del viernes cuando se saltó el toque de queda y se reunió en una casa con más de 10 personas, la hija de Isabel Preysler sí que contestó a la pregunta de si estaba súper enamorada de Iñigo, a lo que respondió: "Estoy muy contenta".
Ahora, Tamara Falcó está esperando que se publique en el Boletín Oficial del Estado su título de Marquesa para poder llevar con orgullo la herencia de padre. Y es que como bien sabemos, se ha retrasado el otorgamiento del título por las gestiones burocráticas, pero la pareja de Iñigo Onieva está de lo más feliz en este año que le ha quitado cosas, pero también se las ha dado, como el amor.
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