MADRID, 15 Abr. (CHANCE) -
Irreconocible, camaleónica, futurista, enamorada y más rubia que nunca. Así aparecerá Taylor Swift en la portada del mes de mayo para Vogue, una producción en la que cuesta reconocerla. Nada que ver con photoshop o con retoques estéticos, se trata de la capacidad de la cantante de 26 años para transformarse en cada sesión fotográfica que protagoniza, aunque parece ser que está es de la que está mas orgullosa, pues ella misma afirmaba: "Es mi portada favorita de todas las que he hecho”.
En el interior , donde aparece con estilismos de Vetements, Michael Kors, Proenza Schouler, Marc Jacobs, Michael Kors, Marchesa y Saint Laurent, la ganadora de 10 Grammys se sincera en una entrevista en su Pennsylvania natal, donde acudió para ser la dama de honor en la boda de su mejor amiga. Habla, y mucho de su vida sentimenteal y por supuesto de su actual pareja, Calvin Harris, con el que cumplió recientemente un año de noviazgo.
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Una foto publicada por Taylor Swift (@taylorswift) el
“Solo estoy tomando las cosas tal y como vienen. Estoy en este momento en una relación mágica. Por supuesto, quiero que sea nuestro, de bajo perfil es la única cosa que es mía en mi vida personal”, dice la intérprete de Blank Space. La estrella musical asegura que estar en el ojo del huracán no ha sido fácil para ella y para el DJ escocés y recuerda que tras algún que otro fracaso amoroso nada más cumplir los 20, decidió dar un giro a su toma de decisiones sentimental. “No tuve citas durante dos años y medio. ¿Debería haber hecho eso? No”, dijo la cantante a la revista.
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Una foto publicada por Taylor Swift (@taylorswift) el
Sin embargo, su situación personal ha dado un vuelco y su noviazgo con el compositor de How Deep Is Your Love? va viento en popa a toda vela, aunque por ahora no hay ninguna intención de pasar por el altar. Sin embargo, Swift se congratula de que al regresar todos los días a casa esté esperándola su hombre ideal, Adam Richard Wiles, nombre real del dj que además de músico de éxito es modelo de Emporio Armani. ¡Envidia máxima!
