MADRID, 13 Ago. (CHANCE) -
El culebrón en el que se ha visto envuelto Tom Brady por el escándalo de los balones desinflados tuvo el pasado 12 de agosto un nuevo encuentro judicial.
El marido de Gisele Bündchen acudió junto a sus abogados hasta la corte de Nueva York, donde un juez federal se reunió con todas las partes, incluidos los letrados de la NFL, para resolver el papel del quaterback de los New England Patriots en el 'Deflategate', por el que se habría modificado la presión de los balones en el encuentro previo a la final de la Super Bowl.
Durante 90 minutos, el jugador de fútbol de 38 años, sancionado sin jugar los primeros cuatro partidos de la temporada que está a punto de arrancar, escuchó sin perturbarse los argumentos de todas las partes. El marido de la supermodelo brasileña niega que tuviera nada que ver con este escándalo y se opone rotundamente al argumento de no haber cooperado con los investigadores del caso.
El magistrado Richard Berman instó a la NFL, al sindicato de jugadores y al propio acusado de llegar a un acuerdo lo antes posible, sin embargo advirtió que los casos civiles pueden llegar a demorarse hasta dos años. "No me he hecho una idea de qué lado debo prevalecer legalmente", dijo el juez.
El proceso sigue adelante tras instar a las dos partes a presentar documentos adicionales mañana viernes, 14 de agosto, que aclaren algo más la situación, y se fija el próximo 19 de agosto como la fecha para una segunda audiencia de mediación.
