MADRID, 4 Jul. (EUROPA PRESS) -
Matices de la luz del día, matices continuos de color, los contrastes entre los divertidos juegos de luces y sombras. Momentos mágicos de la belleza cotidiana inspiran una colección intensa y templada.
Se trata de una colección que, desde el amanecer, toma tonos azules, lilas y malvas, y anuncia la venida de la luz del día y la luminosidad con pinceladas de color morado, combinadas con terciopelo negro: un recordatorio del desvanecimiento de la noche hacia el día.
Estas son las líneas limpias y esenciales, con los pantalones suaves y anchos que caen suavemente sobre los zapatos planos. La chaqueta masculina cruzada ha sido reemplazada por una nueva camisa en telas como lana pesada y rígida, que le dan el equilibrio de adaptación.
Los cárdigans, bordados en el frente o en la espalda, ya sean de terciopelo o de organza, dan un toque informal, cubierto con pequeños sombreros de Philip Treacy de terciopelo negro.
Fucsias, azules eléctricos y azules oscuros de gran tamaño en todo el cuerpo y las lentejuelas brillantes se incrustan en un traje negro lacado como recordatorio de la oscuridad que invade la noche.
Por la noche, cada vestido, de terciopelo o seda bordada, toma su paleta de colores de los cielos -desde el azul a los negros- y se baña en polvo de estrellas. Un destello de estrellas bordadas en un velo que oculta el rostro hasta el cuello aludiendo a un misterio sin palabras, un misterio que habla del encanto de otro mundo.
Los vestidos tienen una silueta recta nunca apretada alrededor del cuerpo, pero con cuidado de caer al suelo de una manera despreocupada. Nunca se ha expresado la feminidad masculina con tal encanto. Esta colección de Giorgio Armani Privé muestra un perfecto equilibrio de los opuestos, que es la firma inconfundible de Armani.
