MADRID, 4 Jul. (CHANCE) -
Un 4 de julio con un show de Karl Lagerfeld por medio, no es cualquier Independence day. Y es que, con este diseñador las espectativas siempre son altas y nunca defrauda; desde la organizacion de un auténtico show de moda, hasta su colección más imprevisibles e innovadora.
En plena Semana de la Moda de París, el diseñador ha querido hacer un guiño al país; una Torre Eiffel dentro del Grand Palais ha sido el escenario que Karl Lagerfeld ha escogido para lanzar la nueva colección otoño-invierno 2017/2018 de Chanel.
Aires tradicionalistas que identifican a la casa de moda y que han conseguido transportarnos a los dulces años 20 en los que los sombreros eran un must en la sociedad. Resulta difícil resistirse a la idea de volver a sacar nuestros sombreros del armario; esos que siempre queremos llevar, pero que nunca usamos.
Karl Lagerfeld ha vuelto apostar por el tweed (la auténtica firma de Chanel); conjuntos compuestos de dos piezas, falda midi y chaquetas de diferentes cortes y estilos. Cada uno contiene un toque diferente que lo personaliza, sin salirse del corte clásico que identifica la firma. Sin embargo, el protagonismo del evento se lo ha llevado el sombrero, la única pieza que se ha repetido a lo largo de todo el desfile. Un estilo que ha conseguido resucitar a la mismísima Coco Chanel.
Volúmenes geométricos en unos hombros redondeados nos han recordado al más puro estilo del diseñador español Cristóbal Balenciaga. Karl Lagerfeld ya coqueteó en esto en sus pasadas colecciones, sin embargo en esta ocasión ha querido que no pasase desapercibido destacándolo un poco más. Un juego de contrastes es de lo que se ha observado en la pasarela de Chanel; desde chaquetas largas que daban sensación de verticalidad hasta otras con dimensiones insospechadas.
Karl Lagerfeld ha vuelto a trasladar una vez más, la importancia de decorar el cuerpo de los pies a la cabeza. En sus últimas colecciones el diseñador se ha desmarcado y en esta ocasión no podía ser menos. Y es que, todo apunta que la diadema tiene los días contados porque el sombrero vuelve a triunfar en las pasarelas.
